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EDITORIAL

Zarzuela tiene que hablar

O es verdad o es mentira. Aquí no caben medias tintas ni mucho menos esa frase que tanto gusta a Javier Ayuso de "ni confirmo ni desmiento".

El de Pilar Urbano es mucho más que un libro. La gran desmemoria sale a la venta el próximo jueves pero su autora ya ha desgranado lo esencial en una entrevista que publica este domingo el diario El Mundo: el Rey es el "Elefante blanco" del 23-F. Esto es, el papel de Juan Carlos como impulsor y muñidor de la 'Operación Armada', que pretendía echar del Gobierno a Adolfo Suárez para colocar al general Alfonso Armada, al frente de un gobierno de 'coalición nacional' con Felipe González de vicepresidente, y que desembocó , grotescamente, en la entrada de Tejero en el Congreso el 23 de febrero de 1981.

Urbano cuenta con pelos y señales la lucha que mantuvo Adolfo Suárez para mantener el orden constitucional frente al Rey y su 'Operación Armada'. Reproduce con detalle y frases textuales los encontronazos cada vez más violentos, estuvieron a punto de llegar a las manos, entre el entonces presidente del Gobierno y el jefe del Estado. La tesis de la implicación del Rey en el golpe ya había sido apuntada por otros autores como Jesús Palacios en El Golpe del CESID y en El Rey y su secreto , que se tuvo que enfrentar a todo tipo de hostilidades, como la querella del director del CESID (actual CNI) Javier Calderón.

El trabajo de Urbano aporta detalles a un relato que bien ordenado cronológicamente tiene muchos visos de verosimilitud. En cualquier caso, aquí lo importante es conocer la verdad. Caiga quien caiga. Igual que lo defendemos en el 11-M. Y precisamente en este caso también hay sospechas más que fundadas de que se han alterado pruebas en la investigación judicial. Dice Urbano que de las actas del juicio han desaparecido las conversaciones que mantuvo el Rey con Armada el mismo 23 de febrero "como si hubieran sido borradas con típex".

Entre las fuentes de la periodista, íntima amiga de la Reina, se encuentran el propio Adolfo Suárez y algunos de sus más directos colaboradores. Y también amigos del Rey, espantados con la conducta golpista de Juan Carlos. Entre ellos, muy probablemente, Gómez Acebo y Jaime Carvajal y Urquijo que, según cuenta Urbano, le advirtieron, con acierto, de que "todo eso se parece demasiado a lo que hizo vuestro abuelo nombrando a Primo de Rivera".

Es evidente, por tanto, que el libro estaba escrito hace mucho tiempo y permanecía 'embargado' hasta la muerte del expresidente del Gobierno. Más allá del indiscutible oportunismo editorial (venderá miles y miles de ejemplares), o de un pacto para esperar a la muerte de Suárez, la cuestión de fondo no es la fecha de la publicación del libro, sino si es verdad o no lo que cuenta Urbano. Sin embargo, éste, el del oportunismo, será uno de los argumentos que desde hoy mismo se utilizará en la campaña de descrédito que, como en el 11-M, lanzarán contra el libro de Urbano.

Es tan grave -por eso decimos que no estamos ante un simple libro-, que la Zarzuela sólo puede desmentirlo o confirmarlo. O es verdad o es mentira. Aquí no caben medias tintas ni mucho menos esa frase que tanto gusta a Javier Ayuso, jefe de comunicación de la Casa del Rey, de "ni confirmo ni desmiento". Esta vez no vale. Es urgente que La Zarzuela se pronuncie. Igual que lo ha hecho en otras ocasiones, cuando le ha interesado al Rey, para criticar resoluciones judiciales o incluso atacar directamente al juez Castro por imputar a la infanta Cristina. Está en juego la credibilidad de una institución, la Corona, cuyo comportamiento reciente ya dista mucho de ser ejemplar. Si no hay un desmentido claro, rotundo y bien argumentado, la legitimidad del Rey para seguir en la Jefatura del Estado quedará más que en entredicho.

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