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Emilio Campmany

¡A por el gatazo!

Iglesias no quiere irse y Sánchez prefiere que no se vaya. Pero, para poder seguir como están, parece que se ha hecho indispensable quitarse al gatazo de encima.

Iglesias no quiere irse y Sánchez prefiere que no se vaya. Pero, para poder seguir como están, parece que se ha hecho indispensable quitarse al gatazo de encima.
El expresidente del Gobierno Felipe González | EFE

De repente, sin venir aparentemente a cuento, los de Bildu le sacan a Felipe González lo del GAL. Se basan en un documento de la CIA de 1984 que no hace más que recoger las sospechas que circulaban ampliamente por España durante la época. Que el GAL lo organizó el Gobierno de González es algo que supusimos casi desde los primeros atentados. Y las intuiciones de la CIA no añaden nada a lo que ya presentíamos. Pero la cuestión no es ésa. La cuestión es por qué ahora. Y por qué se han apuntado a la cacería, además de los nacionalistas de todo pelaje, los comunistas en el Gobierno e incluso algún que otro socialista.

No es ningún secreto que Felipe González está en contra de que el PSOE gobierne con Podemos. Como tampoco lo es que se opone a que negocie con los separatistas. Por lo tanto, es muy probable que Felipe González esté haciendo algo más que ofrecer declaraciones en ese sentido. Como también es posible que lo esté haciendo no sólo por lo mucho que le preocupe nuestro futuro sino estimulado por algunos poderes fácticos que, además de inquietados por el futuro del país, lo estén también por el suyo particular. Es verdad que, para tener miedo de lo que Sánchez e Iglesias puedan hacer, mucho más en época de una profunda crisis, no hace falta ser Felipe González, banquero o gran industrial. Pero, a diferencia de los muchos que están aterrados ante la perspectiva de que este Gobierno social-comunista maneje la crisis, González puede hacer algo al respecto. Y es probable que lo esté intentando.

Pero ¿cuál es el objetivo? Para tener éxito en esta clase de empresas hay que renunciar a la solución óptima y perseguir la que tenga más probabilidades de triunfar. Por lo tanto, el objetivo no puede ser descabalgar a Sánchez, que es cosa imposible si, como parece, domina el grupo parlamentario socialista. Quizá la idea sea forzar a Sánchez a que se deshaga de Iglesias. Alguna información apunta a que a Iván Redondo le seduce la idea. No obstante, lo más probable es que en la Moncloa prefieran tener dentro y controlado al de la coleta en vez de fuera, desmadrado y agitando la calle. Aunque si González tiene argumentos para convencer al presidente de que la única forma de durar como tal es deshacerse de Iglesias, lo hará sin pestañear con cualquier pretexto.

Iglesias no quiere irse y Sánchez prefiere que no se vaya. Pero, para poder seguir como están, parece que se ha hecho indispensable quitarse al gatazo de encima. Y por eso le sacan el GAL. ¿Reculará el felino? Depende de lo comprometido que esté el tontiastuto con la empresa y de los pelos que esté dispuesto a dejarse en la gatera. Es de temer que no serán muchos. Ya veremos por dónde van los editoriales de El País de Javier Moreno. Eso nos dará alguna pista.

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