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Emilio Campmany

El gran negrito

Creo saber cuál es la intención de Rajoy: que en junio de 2009 no quede en el partido un sólo "negrito" con capacidad de sucederle si, como es probable, el PP fracasa en las elecciones gallegas y europeas.

Isabel San Sebastián terminaba su artículo del sábado pasado en El Mundo diciendo: "¿Recuerda el cuento de los 10 negritos? Rato, Mayor, Zaplana, Acebes, San Gil o Cascos ya están muertos. Próximo objetivo: Gallardón". Se refería la valiente periodista vasca a la pretensión de Rajoy de que Gallardón encabece la lista del PP en las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Cree San Sebastián que cualquier resultado que cosechara el alcalde de Madrid supondría un éxito para el gallego, pues la victoria lo sería de la línea moderada que representa Rajoy y la derrota haría que el alcalde ya no fuera un rival.

Este parece ser el análisis que hacen en la planta séptima de Génova, 13. No estoy seguro de que sea correcto. Si Gallardón aceptara encabezar las europeas y ganara, el resultado podría ser interpretado como una victoria personal suya y no del partido. Y si perdiera, sería la derrota de la línea blanda que representa Rajoy.

El caso es que, antes de que una probable derrota en las europeas, con Gallardón o sin él, favorezca la puesta en tela de juicio de su liderazgo, Rajoy necesita acabar con todos los "negritos". El primero es Esperanza Aguirre. Algo le tendrá preparado, sin duda, para cuando se acerque junio. De momento, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha fortalecido su posición, pese a los ataques de Guardans y Blanco, gracias a su actitud durante el atentado de Bombay, pues allí demostró poseer dos cualidades que el electorado aprecia sobremanera: suerte y sangre fría.

¿Alguno más? El que queda, más que un "negrito" es un "negrazo". Me refiero a Aznar, que últimamente se deja ver por los actos de partido para recordarle a Rajoy que no es con condescendencia ni con melifluidad con lo que se ganan las elecciones. Sin embargo, curiosamente, es El País el que sin querer se está encargando de hacerle a Rajoy el trabajo sucio de liquidar al gran "negrito".

¿Sin querer? Los analistas dan por hecho que la munición con la que El País lleva bombardeando toda la semana al ex presidente está suministrada por el Gobierno. Discrepo.

Hace tiempo que se supo que tanta o más responsabilidad que Aznar en los vuelos de la CIA con destino a Guantánamo tiene Zapatero. ¿A qué sacar ahora el asunto? ¿Para debilitar a un Aznar que está supuestamente retirado de la política? ¿Para que acabe salpicando a Zapatero, como en efecto ha ocurrido? No puede ser una casualidad que esta avalancha de información anti-Aznar llegue después de haber empezado éste a criticar sin tapujos a Rajoy. Tampoco puede serlo que el grupo que atiza el fuego no sea el de Roures y Barroso, los amigos de Zapatero, sino el de Juan Luis Cebrián, ahogado por una deuda de cinco mil millones que el líder del PSOE no quiere aliviar y con el que Rajoy vive una luna de miel que él cree que durará hasta 2012.

No sé cuál será la verdadera intención de Aznar. Pero sí creo saber cuál es la intención de Rajoy: que en junio de 2009 no quede en el partido un sólo "negrito" con capacidad de sucederle si, como es probable, el PP fracasa en las elecciones gallegas y europeas.

Como novela policíaca no tendrá interés porque se sabe de antemano quién es el asesino. Ahora, como novela negra, será digna del mismísimo Dashiell Hammett.

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