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Emilio Campmany

Inequívocamente tontos

El PSOE de Sánchez es tan mentiroso y trilero como siempre. Lo que en cambio falta es disimulo y zorrería de antaño.

El PSOE de Sánchez es tan mentiroso y trilero como siempre. Lo que en cambio falta es disimulo y zorrería de antaño.
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños durante una visita al Museo en el Real Sitio de San Ildefonso (Segovia) | EFE

En los partidos, las virtudes y defectos se transmiten de un dirigente a otro para que las organizaciones conserven su carácter no obstante los cambios en sus cúpulas. Ha sido siempre esencia del PSOE, desde los tiempos de Felipe González, ser fullero y tramposo a la par que astuto y taimado. Hasta que llegó Sánchez. Por supuesto, su PSOE es tan mentiroso y trilero como siempre. Lo que en cambio falta es disimulo y zorrería. Hasta es así que los del PP, que nunca han dado signos de ser muy espabilados, les están levantando la merienda. No sé si será porque la estulticia del jefe se transmite por capilaridad a sus subordinados o si los elegidos vienen ya entontecidos desde casa, pero, a la vista de lo ocurrido con el papel filtrado por Bolaños, la conclusión no admite duda: son increíblemente estúpidos.

Ya se vio que les faltaba lo de Salomón cuando le pasaron información fiscal del hermano de Ayuso a Pablo Casado para que la utilizara contra ella sin asegurarse de que la misma era suficientemente reveladora. Algo que, en vez de servir para vengarse de la presidenta de la Comunidad de Madrid, sólo fue útil para cargarse a Casado. Hace falta ser mentecato para darle el arma con la que suicidarse al idiota que constituía la mejor garantía que tenía Sánchez de volver a ganar unas elecciones. Pero lo hizo. Y para que viniera un rival infinitamente más correoso y serio como es Feijóo.

Ahora filtran a la prensa un documento secreto donde se supone que el PP se comprometió a pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial, pero que en realidad no dice nada de eso. Solamente se habla de reformar la ley del Poder Judicial en el sentido en que ya se ha hecho. Así pues, el documento apenas tiene valor periodístico, pero sobre todo no obliga a nada al PP, ni siquiera moralmente.

Por otra parte, la admisión del PSOE de que, ostentando el Gobierno, firma pactos secretos con el PP supone aceptar que se suscriben otros con el resto. Éste que ha publicado El País es de contenido relativamente inofensivo. Pero, formalmente es alegal si no ilegal. Los partidos políticos no pueden contratar en privado sobre las leyes que elaborarán las Cortes. Ahora, lo peor es que con seguridad no es el único. ¿Qué ha firmado el PSOE con Esquerra Republicana o con Bildu? ¿Qué acuerdos se han adoptado para dejar de exigir el cumplimiento de la Constitución en Cataluña o beneficiar a los presos de ETA? ¿Dónde están esos papeles? Y eso limitándose a imaginar lo obvio. Vaya usted a saber los disparates que Sánchez ha podido acordar a cambio de seguir viajando en Falcon.

Es verdad que en el PP no se han dado cuenta de nada de esto y se limitan a alegar que no sabían nada y que su anterior presidente nada les dijo. Pero de la abundancia de candor en el PP ya sabíamos. Lo que no terminaba de estar claro es el inmenso piélago de idiocia en la que ha naufragado el PSOE de Sánchez. Y eso que el que ha llevado este asunto es el más listo de los que tienen. Cómo será el más lerdo.

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