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Emilio Campmany

¡Más Alianza de Civilizaciones!

¿Cómo podemos esperar que se alíe con nosotros la civilización islámica si enviamos mujeres a pedir los pasaportes de musulmanes varones hechos y derechos?

Hay que ver lo bien que nos llevamos con Marruecos desde que nos gobierna Zapatero. Es que el bestia de Aznar no sabía tratarlos. A los españoles, que abominamos de toda violencia que no sea la que consista en asediar las sedes del PP, lo de Perejil nos pareció fatal. Según nosotros, los soldados españoles están para repartir bocadillos y demás ayuda humanitaria y no para recuperar la soberanía (¿la sobera... qué?) de un pedrusco en mitad del mar.

Pues ahora resulta que entre los mandos de las Fuerzas de Orden Público todavía no hay suficientes progresistas y alguno ha tenido la ocurrencia de enviar a la frontera de Melilla a mujeres policía. Y encima, sin velo. Tan sólo tocadas con una gorra. Desde que se murió Franco, está pendiente de hacerse entre los jefes de las fuerzas del orden una limpieza a fondo que garantice su lealtad al régimen. Ya dice la ministra Chacón que nuestros soldados tienen que aprender Alianza de Civilizaciones. Pues eso mismo es lo que tienen que estudiar los policías. Si sus mandos hubieran sabido suficiente Alianza de Civilizaciones, jamás se les habría ocurrido enviar a pedir la documentación y registrar el equipaje de mahometanos de sexo masculino a policías de sexo femenino. ¿Era necesaria esta humillación? ¿No podían esas señoras haberse ocupado de cualquier otra cosa, como la limpieza de las comisarías? ¿Cómo podemos esperar que se alíe con nosotros la civilización islámica si enviamos mujeres a pedir los pasaportes de musulmanes varones hechos y derechos?

Naturalmente, el incidente no es comparable a los que provocó la tosca política exterior de Aznar, pero habrá que reconocer que las autoridades policiales no han estado en este asunto a la altura de la política progresista de Zapatero.

Lo peor es que va y viene la Brunete mediática y enseguida aprovecha el asunto para meterse con los socialistas y su política cuando el problema es que los funcionarios no saben desarrollar esa política y siguen actuando como si todavía mandara Aznar, que es lo que ha provocado el incidente. El problema no es la Alianza de Civilizaciones, sino que no se aplica con la suficiente extensión. Lo primero que enseña ésta es que hay que esforzarse por que los musulmanes que por cualquier causa estén entre nosotros se encuentren como en casa. Eso incluye que tengan una mezquita a mano, cuanto más grande, mejor, y puedan expresar sus creencias y sentimientos religiosos en público sin importar la ocasional violación de esta o aquella norma, que tampoco va a pasar nada porque se salten alguna ley, que nosotros también lo hacemos. Pero también debiera incluir el que los hijos de Alá no se vean obligados a obedecer a ninguna mujer porque se van a sentir ofendidos y con razón.

Total, que no ha habido más remedio que pedir al Rey que interceda y menos mal que lo ha hecho. Si no llega a ser por él, en vez de ver hoy como se impide el acceso a Melilla de los camiones de suministro de víveres, a lo mejor teníamos que hacer frente a la airada protesta de Mohamed VI en las Naciones Unidas, que es algo muchísimo peor.

Cada vez está más claro que necesitamos por lo menos treinta años más de socialismo para llegar a ser el estado verdaderamente moderno con el que sueña Zapatero.

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