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Emilio Campmany

Mas en el Lago Ness

Gran Bretaña es un país serio. Demostremos que nosotros también lo somos. ¿Quieren la independencia? ¿La quieren de verdad? Vamos a verlo.

Mariano Rajoy debería seguir el ejemplo de David Cameron. Tras ganar las elecciones de 2011, Alex Salmond, el Artur Mas que padecen allí, clamó por un referéndum para la independencia de Escocia. Y Cameron le dijo que enseguida, pero que a las claras: ¿desea usted que Escocia siga perteneciendo al Reino Unido? ¿Sí o no? Salmond quería añadir una tercera posibilidad consistente en una mayor autonomía. El inglés ha dicho que nada de eso. Independencia, sí o no, sin medias tintas. Lo único que ha conseguido el secesionista es que el referéndum se celebre en 2014 y no ahora, como el primer ministro británico quería. El pretexto para el retraso es que ese año se conmemora el séptimo centenario de la batalla de Bannockburn, en la que 6.500 escoceses dieron para el pelo a 20.000 ingleses. Como ven, en Escocia, a diferencia de lo que hacen en Cataluña, conmemoran las victorias en vez de las derrotas. La otra exigencia de Salmond es la de que puedan votar los mayores de 16 años. Tan serio es el proyecto que tendrán que ser los adolescentes los que den el vuelco a favor de la secesión.

¿Por qué no hacemos aquí también un referéndum? A fin de cuentas, en 2014 se conmemora el tercer centenario de la supuesta pérdida de la independencia que nunca tuvo Cataluña. Es verdad que en Escocia sólo un 28% está a favor de separarse, mientras que los catalanes independentistas rondan el 50%, pero hace sólo unos meses al otro lado del muro de Adriano eran un 38% los que querían irse. En cuanto han empezado a hablar en serio del asunto, se ha presentado el tío Paco con las rebajas. En Cataluña podría ser igual. Por lo demás, los dos casos son muy parecidos. Salmond plantea la independencia como una solución práctica, no sentimental, para los escoceses. El objetivo sería preservar su Estado del Bienestar, que supongo pretenderá financiar con el petróleo del Mar del Norte. Sin ese petróleo, es seguro que nada se habría planteado. Mas hace lo mismo, decir a los catalanes que habrá más dinero para todos cuando sean independientes porque ellos son más ricos que el resto de los españoles, cosa que es cierta. En las dos regiones están convencidos de que al proclamar la independencia se convertirán automáticamente en un Estado más de la UE. Quizá de aquí a 2014 se den cuenta de que eso no va a ser así, al menos no de forma automática.

Gran Bretaña es un país serio. Demostremos que nosotros también lo somos. ¿Quieren la independencia? ¿La quieren de verdad? Vamos a verlo. Y si sale que sí, que les vaya bonito; pero si sale que no, Escocia a seguir perteneciendo al Reino Unido y Cataluña a volver a ser España. Y sin calles de en medio como la del pacto fiscal.

No, si cuando a Urkullu la palabra secesión le parece muy fuerte, es por algo.

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