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Emilio Campmany

PSOE antidemócrata

¿Qué hay detrás de esto? Algo de camaradería ideológica, por supuesto. Pero también y sobre todo dinero, mucho dinero.

¿Qué hay detrás de esto? Algo de camaradería ideológica, por supuesto. Pero también y sobre todo dinero, mucho dinero.
Josep Borrell. | EFE

Las páginas de ABC han revelado un correo electrónico dirigido por una asesora de los socialistas españoles en el Parlamento Europeo, Pilar Ruiz Huélamo, a una colega del equipo de Javier Moreno, europarlamentario socialista que preside el Grupo de Amistad con Cuba, que se llama Isabel García Tamara. En él se comenta que se va a llevar al pleno del Parlamento un punto sobre la situación en Cuba. Y la asesora pregunta si se ocupan ellos, los de Javier Moreno, de avisar a la embajada de Cuba o si llama ella directamente a Heydi. Esta Heydi no puede ser otra que Heydi Villuendas Ortega, tercera secretaria de la embajada de la dictadura comunista en Bruselas. El caso lo ha comentado en Libertad Digital un europarlamentario español, José Ramón Bouzá.

El fondo de la cuestión parece irrelevante, pues poner en conocimiento del Gobierno cubano algo que muy pronto todo el mundo sabrá no parece una información muy valiosa, aunque a veces saber las cosas con antelación tiene su importancia. En cualquier caso, hay mucho más. Para empezar, la autora del escrito se lamenta de no poder parar la iniciativa por no disponer de la mayoría necesaria en la cámara. ¿Y por qué una socialista española, supuestamente demócrata, tendría que lamentar que se ponga en cuestión el régimen comunista cubano en el Parlamento Europeo? Luego está la evidente relación que los socialistas españoles europarlamentarios mantienen con la embajada cubana a través de esta Heydi, con la finalidad de proteger, en la medida de lo posible, a la dictadura de las iniciativas que se tomen en la Eurocámara. De hecho, el Gobierno cubano ya ha reaccionado y acusado al Parlamento comunitario de preocuparse de los derechos humanos en Cuba y no del bloqueo al que Estados Unidos somete a la isla. La tercera revelación es quizá la más grave. Ruiz Huélamo advierte a su compañera de que no es necesario avisar a Borrell porque su gabinete ya está al tanto. ¿Para qué iban a avisar a Borrell si no es porque éste está conchabado con ellos en el amparo a los comunistas cubanos?

Borrell no está a cargo de la diplomacia europea para defender las posiciones del PSOE, aunque fueran lícitas, que en esto no lo son. Ni las de los socialistas europeos, aunque coincidieran con las del PSOE, que tampoco es el caso. Está para defender la posición conjunta de todos los miembros de la UE. Y en ningún Consejo de la Unión se ha acordado que ésta deba proteger a la dictadura comunista cubana, aunque de hecho eso es lo que viene haciendo desde que Borrell está en Bruselas. Es verdad que desde siempre la Unión ha dejado que la política con Hispanoamérica la fije España. Pero lo de los últimos tiempos, en que Europa, gracias a las maniobras de Borrell, se dedica a sostener las dictaduras comunistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua y a facilitar que se implanten otras en Bolivia, Chile, Colombia y Perú, supone un grosero abuso de la confianza puesta por la Unión en Borrell y en nuestro Gobierno.

¿Qué hay detrás de esto? Algo de camaradería ideológica, por supuesto. Pero también y sobre todo dinero, mucho dinero. Los negocios del PSOE a través de Zapatero en Venezuela, de los que los dólares del embajador Morodo no son más que la punta del iceberg, lo revelan. Lo terrible es que aquí todo esto ya no es noticia. Que el PSOE proteja en nuestro nombre a dictaduras comunistas no escandaliza a nadie. A estas alturas, la verdadera noticia sería que el PSOE defendiera la democracia en Hispanoamérica. No les caerá esa breva a nuestros amigos del otro lado del Charco.

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