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Emilio Campmany

Salvad a Salvini

Hay una especie de mano negra aportando evidencias que demuestran a los italianos que Salvini tiene razón.

La Liga Norte era un partido llamado a redondear mayorías de la derecha a cambio de políticas que favorecieran a los italianos del Norte. La irresponsable política de acoger cientos de miles de inmigrantes ilegales como falsos náufragos, la legalidad europea que prohíbe que los acogidos puedan viajar a otros países de la UE, el que el punto de partida de éstos sea precisamente Libia, ex colonia italiana, convertida en puerto no seguro gracias a la torpe intervención francesa, han hecho que la Lega tenga hoy abundantes seguidores en toda Italia, no sólo en el Norte.

Desde que se formó ese gobierno de coalición contra natura entre los leguistas y grilinos del Movimiento Cinco Estrellas, quién ha sabido atraer a nuevos electores ha sido Matteo Salvini con su política de puertos cerrados a las ONG que colaboran, de buena o mala fe, con las mafias en la trata de inmigrantes. El establecimiento de una renta básica para todos los italianos que la necesitaran, la medida estrella del partido fundado por Beppe Grillo, no ha bastado para compensar el éxito de Salvini.

Ahora que las encuestas le sonríen, el leguista ha decidido romper la coalición y forzar nuevas elecciones. Naturalmente, se han levantado toda clase de resistencias. La idea es formar alguna otra coalición de gobierno que permita posponer siquiera unos meses las elecciones y esperar a ver si cae la popularidad de Salvini. Sin embargo, quienes se oponen al milanés, da igual que sean sus adversarios políticos o los gobiernos europeos, parecen empeñados en proporcionarle los votos que le faltan para obtener la mayoría absoluta en las futuras elecciones.

Hay una especie de mano negra aportando evidencias que demuestran a los italianos que Salvini tiene razón. Para empezar, los compañeros de gobierno del Movimiento Cinco Estrellas, que nunca se atrevieron a poner en entredicho la política salviniana, reaccionan ahora contra ella aprovechando que ha sido el propio Salvini el que ha mermado su autoridad presentando una moción de censura contra el Gobierno del que forma parte.

La ministra de Defensa, cincoestrellada, es la que ha dado la autorización al Open Arms a desembarcar en Italia amparada en una dudosa decisión judicial. Renzi está dispuesto a favorecer la formación de un gobierno técnico similar al de Mario Monti, al que hicieron presidente en una operación groseramente antidemocrática impuesta desde Bruselas. Europa, incluida España, está dispuesta hoy a lo que nunca ha estado, a acoger inmigrantes desembarcados en Italia.

Todo parece dirigido a probar que, sin la política de puertos cerrados, Europa jamás habría estado dispuesta a repartirse inmigrantes llegados a Italia. No sólo, sino que la UE parece querer volver a la situación en la que el país transalpino era el mudo aparcadero de buena parte de la inmigración ilegal y que el problema vuelva a ser exclusivamente italiano. Si siguen así, y tiene toda la pinta de que es precisamente lo que van a hacer, muchos italianos se convencerán de que, en efecto, tal y como él pide, hay que dar todo el poder a Salvini para evitar que cualquier otro gobierno se rinda al buenismo progre y abra de nuevo los puertos a las mafias. Entre todos, le están haciendo la campaña al amigo de Putin. Luego se quejarán de lo que vota la gente.

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