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Emilio J. González

Aterriza como puedas

El culebrón de la salida a Bolsa de Iberia está a punto de concluir. Queda un fleco, aunque bastante importante. Se trata de la retribución a los miembros del núcleo duro de la compañía --Caja Madrid, BBVA, Logista, El Corte Inglés y Ahorro Corporación-- por las minusvalías producidas por el precio tan bajo fijado por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales para el debut en el parqué de la aerolínea española. Las pérdidas conjuntas para estas cinco compañías ascienden a un total de 81.991 millones de pesetas respecto al precio que pagaron en su momento por entrar en el capital de Iberia. Lógicamente, ahora piden a la Sepi que les compense por esa pérdida y, para ello, han decidido someterse al arbitraje. En cualquier caso, esta es una cuestión que debería haberse resuelto antes de iniciar la OPV, puesto que el precio de salida que se calculaba entonces ya era sensiblemente inferior al que pagó el núcleo duro. Eso hubiera ahorrado incertidumbres y, probablemente, dinero.

El estreno en Bolsa de Iberia, por otra parte, no ha sido, ni mucho menos, tan espectacular como el de buena parte de las salidas que se produjeron en los dos últimos años. De hecho, la acción de la compañía de bandera española inició su andadura en el mercado con una caída de más del 4%, si bien después se corrigió hasta concluir la sesión a 1,18 euros, un centavo menos que el precio al que se han colocado los títulos.

Este comportamiento es fácil de explicar. La Bolsa, en primer lugar, inició el día con fuertes recortes debido a la fuerte caída que experimentaron el lunes el Dow Jones y el Nasdaq, un efecto que se contagió a la práctica totalidad de las empresas cotizadas. Luego estuvo Swiss Air, que dio a conocer unos resultados en 2000 bastante peores de lo esperado. La aerolínea suiza, por tanto, no se libro el año pasado del mal que aqueja a las compañías aéreas europeas, esto es, el fuerte incremento del precio del queroseno, que supone el 10% de sus costes. Lógicamente, la acción de Swiss Air entró en barrena y arrastró tras de sí a todo el sector europeo que cotiza en Bolsa. Iberia no se libró.

Es llamativa, sin embargo, la forma en que Iberia remontó el vuelo a lo largo de la sesión, hasta concluir prácticamente a la par. Probablemente, los bancos aseguradores de la OPV tuvieron un papel activo en este sentido, para evitar la mala imagen para todos, incluido el Gobierno, que supone el desplome de una acción nada más empezar a cotizar.

Ahora sólo falta ver el comportamiento futuro de Iberia. A corto plazo, la evolución de su cotización es incierta. Las perspectivas a medio plazo, sin embargo, parecen más favorables. Los analistas calculan crecimientos de dos dígitos en los beneficios para los dos próximos años. Si impera la lógica y esas estimaciones se cumplen, Iberia podrá volar alto en Bolsa... con permiso del Sepla.

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