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La Bolsa ha vivido el viernes una jornada verdaderamente espectacular. Después de tantas caídas y tantos sinsabores, los inversores se llevaron una alegría al ver como el Ibex-35 terminaba la sesión con un alza de, ni más ni menos, el 5,86%, la mayor subida del año, y volvía a recuperar el nivel de los 7.000 puntos. Pero cuidado, esto es sólo un día y no quiere decir que el panorama haya cambiado; tan sólo significa que las caídas por ahora, las caídas se han detenido.

Esta advertencia es muy oportuna porque el viernes fue una jornada atípica. De entrada, Wall Street estuvo cerrada el jueves por la festividad del 4 de julio y al día siguiente sólo hubo media sesión, con lo cual muchos inversores estuvieron de vacaciones. Esto lo aprovecharon los inversores nacionales para entrar con vistas al corto plazo.

En segundo término, las subidas vinieron explicadas por los grandes valores. Telefónica ganó el 10,67%, Repsol subió el 9,14%, el SCH recuperó el 8,98% y el BBVA el 7,51%. Los movimientos son espectaculares pero responden también a que son las acciones más castigadas por diversas circunstancias -Brasil, Argentina, las telecomunicaciones- y estaban bastante infravaloradas. Con el resto del Ibex sucede más o menos lo mismo. Por tanto, los inversores han aprovechado los precios tan bajos para entrar. Pero eso no quiere decir que las subidas vayan a continuar en los próximos días y, ni mucho menos, en las próximas semanas. Sólo significa que se han aprovechado los precios baratos para tomar posiciones a medio plazo.

Por último, no hay que olvidar que a medida que avance julio irá decayendo el volumen de negocio y los inversores irán deshaciendo sus posiciones para irse de vacaciones con liquidez y no verse expuestos a cualquier sorpresa en agosto. En consecuencia, es lógico esperar nuevas bajadas de la Bolsa, aunque no tienen por qué ser ni tan intensas ni tan continuadas como las de las últimas semanas, para volver al mercado en septiembre.

Por tanto, la jornada del viernes ha sido, ante todo, una corrección, un rebote técnico, pero no un cambio de tendencia. Éste todavía puede tardar en producirse, a la espera de que se vaya reafirmando la recuperación económica en Estados Unidos y, sobre todo, a que se vaya disipando la crisis de confianza que castiga a todas las bolsas del mundo.

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