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Emilio J. González

Cuestión de estilos

Cada persona es diferente de los demás y tiene su propio estilo, pero hay ocasiones en que lo mejor que puede hacerse es transitar por las sendas que otros han desbrozado antes. Probablemente, esto es lo que debería haber hecho el presidente de Bami y Metrovacesa, Joaquín Rivero, que tenía como referencia el ejemplo dado por el presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez.

Hace algo más de un año, ACS compró al SCH el 24% que poseía en Dragados, lo que dio a Florentino el control de la constructora rival a la suya, pero sin lanzar una OPA y, en consecuencia, sin que se beneficiara el resto de los accionistas, especialmente la masa de minoritarios. Poco después, Bami hizo lo mismo al adquirir al BBVA el 23,9% de la inmobiliaria Metrovacesa. En ambos casos, la pretensión final es llevar a cabo la fusión entre la empresa compradora y la vendedora. Por esas mismas fechas, Sacyr realizó una operación similar al comprar al SCH el 24% de Vallehermoso, con el mismo objetivo.

Estos movimientos, y la forma en que se llevaron a cabo, llamaron rápidamente la atención del Gobierno, que procedió a cambiar la normativa sobre operaciones de toma de control de las empresas cotizadas en bolsa. El resultado es la nueva normativa sobre OPAs aprobada a principios de este año.

Mientras tanto, los protagonistas de esos movimientos diseñaron y ejecutaron sus estrategias. Sacyr no tuvo problemas porque no es una empresa que cotice en Bolsa. Además, la fórmula elegida para la fusión –Vallehermoso absorbe a Sacyr; si fuera al revés, Vallehermoso tendría que dejar de cotizar automáticamente en el Ibex 35, con el consiguiente perjuicio para sus acciones, aunque más adelante podría volver al índice selectivo del mercado español– tampoco es problemática. Con Dragados y Metrovacesa no ocurre lo mismo.

Visto el panorama, Florentino optó por la vía más inteligente: lanzar una OPA sobre el 10% del capital de Dragados para poder controlar la compañía, tal y como exige la nueva normativa si bien hizo la oferta antes de que se hubiera aprobado, y llevar a cabo la fusión y después tuvo la elegancia de aceptar todos los títulos que le ofrecieron, aunque superaron ese 10%. Hoy, Florentino no tiene ningún problema para ejecutar sus planes.

Rivero, en cambio, no hizo lo mismo. Por el contrario, para defender Metrovacesa de la OPA lanzada por el Grupo Caltagirone, Bami compró acciones de la inmobiliaria, al igual que las cajas de ahorros que le ayudaron en este asunto. Hoy Bami posee más del 25% de Metrovacesa entre acciones propias, autocartera de Metrovacesa y participaciones de los socios de Bami, con lo que la CNMV, que por una vez ha hecho lo que se espera de ella, ha suspendido los derechos políticos de Bami en Metrovacesa y ha prescrito que la primera lance una OPA sobre, al menos, el 10% del capital de la segunda si quiere controlarla.

El estilo de Florentino ha evitado muchos problemas, el de Rivero los ha creado, incluso a él mismo.


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