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Emilio J. González

Efectos colaterales

El ataque terrorista perpetrado el pasado martes contra las Torres Gemelas buscaba hundir la economía estadounidense. Por desgracia, puede poner en tela de juicio la recuperación de la actividad productiva en la zona del euro.

Desde finales del año pasado, los europeos vienen experimentando los efectos de la desaceleración económica en EEUU, efectos que se han intensificado a lo largo de 2001. En Alemania, la confianza empresarial se hunde y su producción industrial va detrás. Francia también ha notado el parón. Incluso España, que sigue creciendo por encima de la media de la Unión Europea, ha visto como su ritmo productivo perdía fuelle a pasos agigantados. Ahí está la caída de la producción industrial en los últimos meses para dar fe de ello.

Europa, por tanto, estaba muy necesitada de la recuperación estadounidense para levantar el vuelo a través de las exportaciones. Esa salida, ahora, parece mucho más difícil porque se ha incrementado notablemente el riesgo de recesión en EEUU tras el ataque terrorista del martes. El lunes, probablemente, empezarán a conocerse las verdaderas dimensiones del desastre económico cuando Wall Street abra sus puertas. Si la Bolsa neoyorkina se hunde, puede desatarse una oleada de ventas que deprima todavía más los mercados financieros. Se corre el riesgo, además, de que, en un escenario como el actual, la confianza de los ciudadanos estadounidenses se desplome cuando, precisamente, el gasto familiar es el único pilar sobre el que se ha apoyado el crecimiento económico norteamericano en el último año. La situación, en consecuencia, es delicada.

Afortunadamente, se puede hacer algo, aunque es difícil. Se puede insuflar confianza en los estadounidenses para que entiendan que, internamente, y en lo que a la economía se refiere, las cosas van a seguir igual. El propio presidente Bush, en su primera intervención tras el atentado, ya se encargo de recalcar que “debemos seguir con los negocios”. Detrás de él fueron congresistas y miembros del Gobierno con el mismo mensaje. El lunes se sabrá si ha sido efectivo y se ha evitado la crisis, como pretenden las autoridades norteamericanas. De su éxito depende el futuro de la economía europea que, en cualquier caso, ve como se alejan las esperanzas de una pronta recuperación a finales de este año o principios del próximo.

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