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Emilio J. González

El ciclo ha vuelto

Los datos de la Encuesta de Población Activa correspondientes al cuarto trimestre de 2001, los últimos que se realizan con la metodología anterior, no dejan lugar a dudas. Después de varios años de aumento ininterrumpido del empleo y de caídas continuadas del paro, ambos indicadores se han dado la vuelta. De esta forma, en el periodo octubre-diciembre se destruyeron 17.400 puestos de trabajo, el número de desempleados aumentó en 33.900 personas y la tasa de paro subió hasta el 12,96%. ¿Son malos estos resultados? No necesariamente.

La destrucción de empleo y la subida del paro obedece a varios factores muy concretos. Uno de ellos, el más importante, es la intensidad de la desaceleración económica: en un año se ha pasado de crecer al 3,5% a hacerlo al 2,3% el pasado trimestre, de acuerdo con las estimaciones del Banco de España. Eso, como es lógico, se tiene que notar en unas cifras de empleo y paro que tienen un carácter estacional muy marcado. Y el final de año habitualmente es un periodo donde el desempleo sube. El ciclo, por tanto, ha vuelto.

Luego hay dos factores más concretos. Por un lado está la crisis de las tecnológicas, que explica en parte por qué ha subido el paro en la industria. Y es que, en el trimestre pasado, varias multinacionales del sector instaladas en España decidieron recortar plantilla o cerrar sus plantas. Pero ese es un factor externo a la economía española que no tiene por qué golpear al conjunto de la industria. Por otro lado está la situación en Alemania, donde la fuerte caída del crecimiento económico ha frenado una exportación ya de por sí castigada por la crisis Argentina. Pero los últimos indicadores disponibles apuntan a que la crisis en Europa tocó fondo en noviembre, por lo que este factor puede ser también temporal.

Todo esto, evidentemente, se traduce en la subida del paro en el cuarto trimestre y en la desaceleración de la creación de empleo en el conjunto de 2001. Pero se trata de factores coyunturales y muy concretos, llamados a desaparecer a lo largo de este año. Por tanto, las previsiones en materia de empleo para 2002 siguen siendo optimistas y se puede seguir pensando en nuevas reducciones de la tasa de paro, con o sin cambios metodológicos en la EPA. Otra cosa es la intensidad del proceso, pero ésta dependerá de la fortaleza de la recuperación española que, a su vez, estará muy influida por el comportamiento de la economía de Estados Unidos. Y esto último es algo sobre lo que no podemos intervenir. En cualquier caso, lo más probable es que este año vuelva a bajar el paro.


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