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Emilio J. González

El problema de los transportistas

Las amenazas de las organizaciones de consumidores y de transportistas de recurrir ante el Tribunal Constitucional la tasa sobre la gasolina aprobada por el Gobierno tiene tanto de descontento popular como de operación política contra el Ejecutivo. Muchas de estas organizaciones, conviene recordarlo, están en manos de gente afín al PSOE y son un instrumento muy útil para tratar de socavar los apoyos del Ejecutivo. Por supuesto, no cabe descartar que pueda haber algo de inconstitucionalidad en la forma con la que Hacienda pretende sacar adelante su proyecto, esto es, a través de una enmienda en el Senado en la ley de acompañamiento. Pero la cuestión de fondo no es de procedimiento sino de rechazo.

Entre los posibles demandantes, sin embargo, hay un sector que tiene razón, el del transporte por carretera. Intervenido como está, puesto que las licencias las concede la Administración y las tarifas, en muchos subsectores, las fija el propio Gobierno, tiene mucho que decir. Y es que el Ejecutivo se ha negado sistemáticamente en los últimos años a aumentar las tarifas para que puedan recoger el incremento producido en los costes, no sólo salariales sino, fundamentalmente, de explotación. Y es que la subida del precio del petróleo que ha tenido lugar desde principios de 1999, unido a la debilidad del euro, han minado la rentabilidad de unas empresas que carecen de ventajas fiscales en la adquisición de combustible como las que gozan las cooperativas agrarias. El Gobierno, incluso, les ha negado en repetidas ocasiones la posibilidad de montar ellos mismos sus propias estaciones de servicio para poder suministrarse de carburante en los mercados internacionales a precios sensiblemente inferiores a los de venta al público en las gasolineras.

Por supuesto, este problema no lo puede resolver el Constitucional. Pero eso no quita para que el Gobierno no sea sensible a las demandas de uno de los pocos sectores en los que se mantiene el sistema de precios administrados porque puede llevarle a la ruina.

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