Menú
Emilio J. González

Fiebre vendedora

Los dos principales bancos españoles, el SCH y el BBVA, se han lanzado rápidamente a hacer caja. El SCH se deshacía con rapidez de sus participaciones accionariales en Dragados y Vallehermoso, vendidas a ACS y Sacyr respectivamente, y el BBVA, con más celeridad todavía, enajenaba a Bami el capital que poseía en Metrovacesa. Además, el jueves se ha sabido que el SCH podría estar estudiando la venta del 30% que posee en Antena 3 TV. Este mismo día, el diario económico italiano “Il Sole 24 Ore” publicaba que el BBVA podría vender su participación en el Banco Nazionale del Lavoro, extremo éste desmentido poco después por la entidad que preside Francisco González. En cualquier caso, lo cierto es que ambos bancos están haciendo liquidez con bastante velocidad. ¿Por qué motivo? Se podría pensar que las dos entidades estarían abandonando la política de carteras industriales para centrarse más en los negocios de banca al por menor, banca corporativa y banca financiera. En el caso del SCH, sobre todo, sería lógico pensarlo puesto que a Botín las participaciones industriales sólo le han gustado para realizar plusvalías.

Sin embargo, la realidad no es esa sino otra muy distinta. Por un lado, ambas entidades estarían preparando sendas operaciones a escala europea. En el caso del BBVA todavía no se sabe qué carácter tendría; en el del SCH, en cambio, empieza a perfilarse parte de su estrategia, que pasa por la adquisición de financieras en Alemania, que son en realidad pequeños bancos, con las que entrar de lleno en el mercado germano. Esta operación incluiría también la posible compra de un banco mediano con sede en Berlín. Eso sin descartar una posible fusión entre el grupo de los Botín y su socio, el Royal Bank of Scotland.

Por otro lado está Argentina. Allí, las filiales de los dos bancos españoles tienen concedidos ocho dólares de crédito por cada dólar depositado en ellos. Esos créditos concedidos están financiados en gran medida con préstamos en la divisa norteamericana tomados en el mercado interbancario local y el BBVA y el SCH carecen de la cantidad suficiente de dólares para afrontar esa devolución, tendiendo en cuenta que la mayor parte de los créditos que concedieron no se están devolviendo o se están aplazando sus pagos. Por tanto, se encuentran en una situación de falta de liquidez en divisas que el Banco Central de Argentina se niega a paliar porque ha decidido conceder préstamos en divisas nada más que a los bancos propiedad de argentinos y negárselos a la banca extranjera. Esto obliga al SCH y al BBVA a hacer caja para afrontar esos pagos sin que ello suponga un menoscabo de sus ratios de solvencia, lo que sería penalizado por los mercados y por las agencias de “rating”.

A todo el mundo le resultaba bastante extraña esta fiebre vendedora que le había entrado al SCH y al BBVA, así como la rapidez con la que estaban ejecutando las enajenaciones. Ahora, las respuestas a esos interrogantes empiezan a estar claras.

En Opinión