Menú
Emilio J. González

Iberia y el wait and see británico

El wait and see de los británicos y la forma en que el presidente de la aerolínea, Fernando Conte, ha llevado todo este asunto ha propiciado un resultado favorable para todos, empezando por los accionistas

Los británicos son muy dados a la política del wait and see, de esperar y ver. Aplican con frecuencia este principio en las relaciones internacionales, en especial con todo lo que tiene que ver con los nuevos pasos en el proceso de integración europea. Parece que también es útil en las relaciones empresariales. Visto en retrospectiva lo ocurrido el año pasado con las distintas ofertas sobre Iberia, la paciencia que han demostrado los británicos puede haber dado sus frutos.

La aerolínea de bandera española se pasó buena parte del ejercicio 2007 inmersa en rumores, especulaciones, habladurías y gestos sobre una posible OPA. El fuego lo rompió el fondo de capital riesgo estadounidense TPG, pidiendo a la compañía que le abriera sus libros con el fin de presentar una oferta que nunca llegó. Después vinieron los rumores y declaraciones sobre el posible interés por la empresa de rivales como Air France o Lufthansa. A continuación, se empezó a hablar de consorcios patrios que entraran en el capital de Iberia para garantizar su españolidad, pero al final no hubo nada de nada excepto que Caja Madrid incrementó su participación y se convirtió en accionista de referencia, en parte por una decisión política de la Comunidad de Madrid, ya que el aeropuerto de Barajas es la principal puerta de entrada de extranjeros a España. Y mientras ocurría todo esto, British Airways, otro de los accionistas de referencia de la compañía y socio estratégico de la misma, se limitaba a esperar y ver.

La actitud de los británicos venía motivada por las dificultades financieras por las que atravesaba en aquellos momentos la compañía. Pero esos mismos problemas les enseñaron que quien quisiera lanzarse a por Iberia probablemente tendría que enfrentarse al mismo obstáculo, esto es, la falta de financiación internacional para una operación de semejante calado. Ya a principios del año pasado se veía venir la actual crisis financiera, lo que hacía difícil que cualquier fondo de capital riesgo pudiera reunir el dinero necesario para hacerse con la compañía. Otras aerolíneas podrían tener las mismas dificultades para encontrar créditos con los que financiar la operación, excepto Air France, quien aprovechó la oportunidad de hacerse con la quebrada Alitalia, una compañía que complementaba mejor la estrategia de los franceses que Iberia, a precio poco menos que de ganga. Así es que British Airways sólo tenía que sentarse a esperar.

Ahora ha transcurrido el tiempo, y ese juez inexorable ha puesto a todo el mundo en su sitio. Nadie ha podido reunir los recursos financieros para hacerse con Iberia y British Airways, ahora en mejor situación, ha aprovechado la ocasión para reforzar su alianza con Caja Madrid por considerar a Iberia como estratégica, incrementando su participación hasta el 13,15% y dando a entender que puede seguir adquiriendo acciones de la compañía en el futuro. Las prisas nunca son buenas y los británicos, en este caso, nunca las han tenido. Frente a todos los que les acuciaban para que reaccionasen a los rumores y habladurías, ellos han permanecido tranquilos a la espera de su momento. Este acaba de llegar para convertirse, al final, en la mejor solución para una de las principales compañías españolas, ahora que está abierta la veda sobre algunas de las empresas con pasaporte español más importante.

El wait and see de los británicos y la forma en que el presidente de la aerolínea, Fernando Conte, ha llevado todo este asunto ha propiciado un resultado favorable para todos, empezando por los accionistas, sin que el Gobierno interviniera, que ese era el problema subyacente de fondo. Y es que no hay nada como dejar que actúe el mercado.

En Libre Mercado

    0
    comentarios