No se sí Florentino Pérez tiene alguna afición aparte del fútbol -por algo es presidente del Real Madrid-, pero si no juega al ajedrez debería de hacerlo porque ha demostrado ser un maestro de la estrategia. El presidente de la constructora ACS acaba de conseguir que su compañía se haga con el 23,5% del capital de su rival Dragados y, con ello, ha tomado el control de la empresa que hasta el viernes por la mañana presidía Santiago Foncillas. Y digo que es un maestro por la forma en que ha ejecutado la operación.
En primer lugar, Florentino ha sabido calcular perfectamente el porcentaje del capital de Dragados que necesitaba para controlar la compañía sin necesidad de lanzar una OPA. Con ese 23,5% le basta para dirigirla. Pero, además, resulta que en ella está uno de los principales accionistas de ACS, el Chase Manhattan Bank, que con toda probabilidad le ayudará a constituir un núcleo duro para gestionar ambas empresas.
En segundo término, la operación le ha salido a ACS más barata de lo que en un principio se pudiera pensar. Florentino ha pagado una prima por la acción de Dragados del 58,7%, pero la operación le hubiera salido mucho más cara si hubiera lanzado una OPA porque tendría que haberlo hecho sobre el cien por cien del capital y, además, con una prima. Pero al adquirir tan sólo el 23,5%, no está obligado a hacerlo porque no pretende hacerse con más de un 25% de las acciones, limite a partir del cual la ley obliga a realizar una OPA. A efectos prácticos, es como si lo hubiera hecho y la reacción del mercado confirma lo acertado de la estrategia: la acción de ACS cerró el viernes con una ligera caída del 0,23%. Eso sí, Dragados subió el 22,45%.
Florentino, además, ha sabido elegir el momento más adecuado para realizar la operación. Esta se cerró el jueves, justo al día siguiente de que Dragados terminase de pagar la OPA por el cien por cien de la holandesa HBG y en unos momentos en los que el SCH, el vendedor de ese 23,5% de Dragados, necesita liquidez para recomponer su balance tras la crisis de Argentina y para afrontar las operaciones bancarias que está ejecutando en Chile. Y al banco le ha faltado tiempo para cerrar el acuerdo. Botín, por supuesto, ha obtenido pingües plusvalías, como es su costumbre, aunque la forma de hacerlo, sin decirle nada a un Foncillas que dos horas antes convocaba un consejo para tratar de blindar a Dragados ante posibles ataques de todo tipo de ‘tiburones’ financieros y empresariales, deja mucho que desear.
El presidente de ACS, asimismo, ha cogido por sorpresa a todo el mundo. Cuando el sector de constructoras e inmobiliarias estaba tranquilo, tras la operación de Dragados con HBG, Florentino ataca y abre el proceso de concentración en el sector, al que ahora deben responder los grandes -FCC y Ferrovial- y los pequeños. Estos últimos empiezan a tener muchas papeletas para ser carne de OPA, como prueba las subidas de sus acciones. Eso sí, ACS queda fuera de todo este lío porque ha sido la primera en golpear y ya se sabe que quien lo hace primero, golpea dos veces. En resumen, una jugada maestra de Florentino. Ahora se le falta que el Madrid gane la Champions League.
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