Menú
Emilio J. González

La revancha de Caruana

El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, sorprendió el miércoles por la mañana, en su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Senado, al señalar que la economía española crecerá el año próximo entre el 2% y el 2,5%, según las estimaciones de la entidad. La sorpresa no es que el Banco diga que en 2002 el PIB aumentará por debajo del 2,9% previsto por el Gobierno. Con eso ya cuenta todo el mundo, incluido el propio Ejecutivo que en diciembre probablemente presentará un nuevo cuadro macroeconómico más acorde con la realidad. Lo sorprendente es la forma en la que lo ha dicho Caruana.

El gobernador, por ejemplo, podría haber señalado que, según el banco, será difícil que la economía crezca más del 2,5%, que es una forma menos agresiva de decir las cosas, y, desde luego, haberse callado lo del 2% que, por cierto, es una banda demasiado ancha -puestos a ello, también podría haber dicho que crecería entre el 1,5% y el 2,5%-. Pero dijo lo del 2% y dejó a todo el mundo con la sensación de que las cosas están bastante peor de lo que puede que realmente estén. De hecho, el consenso entre los analistas lo sitúa en el 2,4%. Entonces, ¿por qué Caruana dijo lo que dijo?

Probablemente la respuesta hay que buscarla en el caso Gescartera, o sea, en las exigencias del vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, al Banco de España para que investigue de verdad y saque a la luz todo el asunto del HSBC y las cuentas numeradas que, por cierto, están prohibidas en España. Y eso parece que le ha molestado a don Jaime, que ya lanzó su primera andanada con el último informe del Banco de España al señalar que el PIB creció el 2,5% en el tercer trimestre, una cifra que suscitó preocupaciones sobre la marcha de la economía pero que ni los analistas ni los Ministerios de Economía y Hacienda se creen. Posiblemente, cuando el INE dé a conocer en diciembre los datos de la contabilidad nacional, ese crecimiento será de entre el 2,6% y el 2,8%, una cifra mucho mejor y, por lo visto, más acorde con la realidad, de acuerdo con los datos de la Encuesta de Población Activa. Entonces llegará el momento de pedir cuentas a unos y otros. Por ahora, lo cierto es que las palabras de Caruana han sentado bastante mal en el equipo económico del Gobierno, y todo por el tirón de orejas que Rato le propinó recientemente.

En Opinión