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Emilio J. González

Un cambio necesario

Parecía que las aguas del mundo bancario se habían calmado tras el cierre de la crisis en el seno del SCH con la salida del consejero delegado, Ángel Corcóstegui, su sustitución por Alfredo Sáenz, que dejó la presidencia de Banesto en manos de Ana Patricia Botín, y la marcha de Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte de los puestos de co-presidente y consejero delegado del BBVA, respectivamente. Pero no es así, y ahora le ha llegado el turno a los bancos medianos. Primero fue el Popular, tras la dimisión por sorpresa de su consejero delegado, Fulgencio García Cuellar; ahora es la marcha de Jaime y Emilio Botín de la cúpula de Bankinter.

En los últimos meses se había criticado mucho la presencia de los dos hermanos en el banco, una vez que había dejado de formar parte del grupo SCH. Y es que Jaime, el hasta ahora presidente de Bankinter, es vicepresidente del Santander Central Hispano, mientras que Emilio, presidente del SCH, ocupaba la vicepresidencia de Bankinter. Esa situación atípica suscitó muchas quejas entre los demás accionistas del banco, que temían que, en un momento determinado, los Botín pudieran sacrificar los intereses de la entidad por los del SCH. Además, desde los ámbitos de defensa de la competencia se veía con recelo esa doble presencia porque podría suponer limitaciones a la concurrencia entre los dos bancos. Esos motivos han provocado la salida de Bankinter de Emilio y Jaime Botín.

Ahora lo que queda por saber es si la salida de los dos hermanos del consejo de administración del banco viene acompañada de una reducción de su porcentaje en el capital del mismo, o incluso de la venta de sus acciones. Por lo demás, Bankinter no tiene por qué sufrir especialmente por esta decisión. Hacía ya tiempo que venía funcionando como un banco independiente y su apuesta por Internet está dando buenos resultados. Esa continuidad en la calidad de la gestión viene garantizada por el nuevo presidente, Juan Arena, hasta ahora consejero delegado y responsable de la estrategia de la que ahora Bankinter empieza a recoger los frutos. Prueba de ello es que los analistas estiman que el precio objetivo de la acción es de 40 euros, frente a los 33,60 en que cotiza actualmente, o los 32,70 euros con que cerró 2001.

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