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Emilio J. González

Un plan para recortar el gasto autonómico

Cualquier estrategia para superar la crisis y generar empleo pasa, necesariamente, por que fluyan los préstamos al sector privado y eso no se conseguirá mientras el sector público siga absorbiendo cantidades enormes de recursos financieros.

La reunión que ha celebrado en el Senado el presidente del Gobierno con los presidentes autonómicos es una ocasión perdida para poder enderezar de una vez por todas el rumbo de la economía española. Zapatero acudió allí para, como siempre, hacerse la foto de rigor y tratar de dar la sensación de que de verdad está haciendo algo por la economía española. Y, como cabía esperar, todo lo demás ha estado prácticamente vacío de contenido porque ZP no ha sido capaz de presentar una propuesta concreta para resolver los problemas de nuestro país. Por el contrario, se ha limitado a hablar de la creación de grupos de trabajo para ver cómo entre todos, Gobierno y autonomías, se puede generar empleo, lo que, en términos zapateriles, significa el ver cómo se puede engatusar a las comunidades autónomas para que financien sus ocurrencias y disparates, como la ley de economía sostenible. Es decir, el actual inquilino de La Moncloa, fiel a las peticiones coreadas el sábado pasado en la manifestación de los sindicatos contra los empresarios acerca de que lo importante es el paro y no el déficit, ha vuelto a equivocarse por completo de estrategia, desperdiciando, de esta forma, una buena ocasión para buscar el verdadero pacto que necesita la economía española para superar la crisis.

El contenido de ese pacto es muy sencillo. Se trata de arbitrar una estrategia para todos los niveles de la Administración Pública española para reducir el déficit público, lo que equivale a decir para recortar el gasto público en no menos de 60.000 millones de euros, un esfuerzo que no puede hacer el Estado por sí solo. Y es que en los presupuestos es donde reside uno de los elementos claves para superar la crisis y crear empleo. Un país con un déficit público de dos dígitos necesita cantidades ingentes de recursos para financiar semejante agujero presupuestario, recursos que, como es lógico, se detraen de la financiación del sector privado. Esta es la razón por la cual está cayendo el crédito a empresas y familias, que es tan necesario para financiar la inversión y el consumo generadores de empleo. Mientras no se resuelva este problema, es ilusorio pensar en generar nuevos puestos de trabajo porque, sin crédito, las empresas en el mejor de los casos no tienen dinero para invertir; en el peor, y por desgracia el más normal en estos tiempos, se ven condenadas a echar el cierre, y eso por no hablar de los cientos de miles de autónomos que están desapareciendo como consecuencia de la falta de crédito. Por tanto, cualquier estrategia para superar la crisis y generar empleo pasa, necesariamente, por que fluyan los préstamos al sector privado y eso no se conseguirá mientras el sector público siga absorbiendo cantidades enormes de recursos financieros.

La financiación, además, no sólo tiene que estar disponible, sino que debe serlo a tipos de interés asequibles. Para desgracia de la economía española, en estos momentos esos tipos no van a ser los que fije el Banco Central Europeo para la zona euro, sino los que establezca el mercado para la deuda española, que marcan el suelo de los tipos de interés en España. Y lo que está empezando a decir el mercado es que el diferencial de tipos entre el bono español y el alemán debería estar en el entorno de los cuatro puntos porcentuales, o sea, unos tipos de interés del 7%, siempre y cuando la situación española no se deteriore aún más. Con esos tipos, ¿cómo se puede financiar una inversión generadora de empleo? Muy difícilmente. Por ello, lo prioritario, en contra de lo que dicen Méndez y Toxo, es reducir el déficit lo antes posible.

En esa estrategia, las administraciones territoriales tienen que jugar un papel fundamental, ya que mientras el Estado sólo gestiona el 25% del gasto público total, ellas manejan el 75%. Son ellas, por tanto, quienes tienen que hacer el mayor esfuerzo en ese sentido y eso es lo que debería haberles pedido Zapatero a los presidentes regionales. A ZP, como presidente del Gobierno, le toca presentar a las autonomías un verdadero plan de saneamiento de las cuentas públicas del Reino de España. Eso es lo que debería tratar con los presidentes regionales. Por desgracia, como Zapatero sigue empeñado en salir de la crisis a golpe de talonario y a base de ocurrencias, dicho plan brilla por su ausencia y mientras no se aborde, aquí tendremos crisis para largo.

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