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Emilio J. González

Un salvavidas para Amena

El ministro de Ciencia y Tecnología, Josep Piqué, anunció recientemente que su Departamento podría reducir los avales exigidos a las compañías de telecomunicaciones con licencia para desarrollar la telefonía móvil UMTS de 7.000 millones de euros a 1.000 millones. En principio, la decisión parece correcta por la crisis en que se encuentra inmerso el sector, causada por el elevado endeudamiento de las empresas, por el retraso técnico de la entrada en vigor del UMTS y por que, después del estallido de la burbuja bursátil de las tecnológicas, los bancos y las casas de bolsa penalizan a este tipo de compañías. Sin embargo, cuando se va un poco más allá, se descubre la “trampa”.

Los avales de 7.000 millones de euros fueron una exigencia establecida por el Gobierno para garantizar que Telefónica, Vodafone (entonces Airtel), Amena y Xfera llevaban a cabo las inversiones en infraestructuras comprometidas cuando se les concedió la licencia de telefonía móvil UMTS. De esta forma, a medida que se van ejecutando esas inversiones, el Gabinete va devolviendo los avales. Pues bien, tanto Telefónica como Vodafone prácticamente han concluido ese proceso por lo que la rebaja de los avales no les afecta. ¿A quién beneficia entonces? A Amena, que apenas ha invertido, y a Xfera, el consorcio del que forma parte Florentino Pérez a través de ACS, que directamente ha congelado las inversiones.

¿Qué es lo que pretende Piqué? En principio cabría pensar que, con la rebaja de los avales, lo que trata de lograr es un impulso a la inversión en UMTS tanto de Amena como de Xfera. Pero nuevamente tampoco hay que dejarse engañar por las apariencias. Hilemos acontecimientos. Amena, la filial de telefonía móvil de Retevisión y propietaria a su vez de la empresa de cable Auna, se encuentra en serias dificultades. Acaba de anunciar beneficios y, simultáneamente, la presentación de un expediente de regulación de empleo mientras busca comprador para Retevisión, la propietaria de la infraestructura de transmisión de señales de televisión. Para empeorar más las cosas, Auna se encuentra también en serias dificultades financieras y se habla un día sí y otro también de una posible fusión con la otra operadora de cable, ONO, de forma que la empresa resultante pueda ser eficiente y competitiva. Esta operación, además, cuenta con el beneplácito de Piqué, que se ha pronunciado en diferentes ocasiones a favor de la misma. En este contexto, la recuperación por parte de Amena de una parte sustancial del dinero de los avales por el UMTS supondría una importante inyección de recursos financieros que ayudaría a apuntalar su solvencia.

Pero, ¿por qué se preocupa tanto Piqué por Amena? Quizá tenga que ver con que se trata de una empresa cuya sede está en Cataluña y el ministro de Ciencia y Tecnología se perfila claramente como candidato del PP a las autonómicas catalanas de 2003, quizá porque es la compañía en la que su amiga y antecesora en el Ministerio, Anna Birulés, ha desempeñado las funciones de consejera delegada. En cualquier caso, todo apunta a un interés especial de Piqué por lanzarle un salvavidas a Amena en lugar de que sea el propio mercado el que ponga las cosas en su sitio, como sería lo lógico.

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