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Emilio J. González

Una reforma tímida

La nueva reforma del IRPF, que entrará en vigor el 1 de enero de 2003, empieza a cobrar forma, pero con perfiles que denotan bastante timidez a la hora de afrontarla. La Comisión Lagares acaba de entregar al Ministerio de Hacienda su informe sobre la próxima rebaja del impuesto de la renta. Apenas contiene novedades. Propone un tipo marginal mínimo del 15% y un máximo del 45%. Aquí es donde empieza a notarse la timidez de la reforma. Por el lado del mínimo no queda mucho margen para bajar más; por el lado del máximo se puede llegar hasta ese 40% prometido por el PP durante la campaña electoral. Sin embargo, los autores del informe han optado por la cautela, no se sabe muy bien si por motivos de recaudación o por el mismo complejo que atenazó al Gobierno en la pasada legislatura, temeroso de verse acosado de hacer una reforma para ricos.

El informe plantea también la supresión del régimen de transparencia fiscal. Sin embargo, no dice nada de la revisión a la baja del límite de tributación conjunta por renta y patrimonio, que no se tocó en la pasada reforma con lo que ha aumentado la carga fiscal del patrimonio familiar. Ante la nueva rebaja de tipos del IRPF que se aproxima, es necesario modificarlo. Sin embargo, no se dice nada, no se sabe muy bien tampoco si por razones de recaudación o por complejo ante la izquierda.

La Comisión Lagares recomienda, asimismo, la reducción de seis a cuatro del número de tramos de la tarifa, frente a los tres que propuso el PP en su programa electoral. Pero aquí no se trata de timidez ni complejo alguno; responde, estrictamente, a motivos recaudatorios porque cuantos menos tramos tenga la tarifa, más se nota en los ingresos por IRPF.

El informe Lagares, no obstante, es sólo un informe técnico. La decisión final le corresponde a los políticos y son ellos los que de verdad tienen que demostrar hasta dónde llega su ambición en la rebaja de impuestos. Por supuesto, cualquiera que sea ésta siempre será buena, pero será tanto mejor cuanto más intenso sea el recorte. El Gobierno, por ello, debe aprovechar la oportunidad que se le brinda de demostrar más osadía en la reforma del IRPF. Para eso es Gobierno.

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