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Emilio J. González

Ventas estratégicas

¿Qué hay detrás de las últimas ventas de paquetes accionariales realizadas por los dos grandes bancos españoles, el SCH y el BBVA? Las enajenaciones se han producido casi simultáneamente pero los motivos de uno y otro son muy distintos.

En el caso del SCH, la venta a Bank of America del 25% del banco mexicano Serfin obedece a un doble motivo. Por un lado, el dinero que ingresará la entidad que preside Emilio Botín le permitirá recapitalizarse sin necesidad de tener que realizar una ampliación de capital. De esta forma, el banco podrá compensar todas las consecuencias negativas que ha tenido para él la crisis latinoamericana, en especial Argentina y Brasil. Por otro, el SCH cierra una importante alianza para penetrar en el mercado estadounidense que le permitirá competir con el BBVA en el mismo y en México. Pero estas no son las únicas ventajas de la operación.

Al recapitalizarse con la venta de Serfin, el SCH ya no tiene presión alguna para desprenderse del 20% que posee en Unión Fenosa, una participación por la que pide un mínimo de 26 euros por acción y que la italiana Enel, hasta hace poco única pretendiente, no estaba dispuesta a pagar. Ahora las cosas son distintas: el SCH no tiene la necesidad imperiosa de vender y, además, ha aparecido un nuevo novio, la eléctrica portuguesa EdP, que quiere el paquete del SCH en Unión Fenosa para fusionarla con Hidrocantábrico, donde la compañía lusa ya está presente. Esta operación, además, ya no se encontraría con los obstáculos que puso en su momento Defensa de la Competencia a la fusión entre las dos eléctricas españolas porque ya hay más competidores en el sector y porque su número aumentará con la entrada en vigor, en 2003, del mercado ibérico de electricidad.

Por su parte, el BBVA ha vendido el 5% de Acerinox, reduciendo su participación en la siderúrgica a la mitad. La operación tiene algo de saneamiento de las cuentas del banco, también afectado por la crisis latinoamericana pero en menor medida que el SCH, ya que las inversiones de la entidad que preside Francisco González se concentran más en México, que no se ha visto castigada por las consecuencias de los problemas en Argentina, Brasil y Venezuela. Pero la pregunta que empiezan a hacerse en la bolsa es si el BBVA, y puede que también el SCH, no están haciendo caja también con el fin de realizar en los próximos meses una operación corporativa en la Unión Europea. El país donde probablemente tendría lugar es Alemania, porque su sistema bancario está muy castigado, en parte como consecuencia de la estrecha relación entre la banca y la industria, en parte también porque las cajas de ahorros allí son muy fuertes y gozan de una serie de privilegios que les permite competir con ventaja con una banca que se ha visto obligada a abandonar poco a poco el negocio minorista para transformarse en banca industrial y de inversión. Prueba de las dificultades por la que atraviesan los bancos alemanes es que éstos han anunciado ya que no trasladarán a sus clientes la bajada de tipos de interés en medio punto llevada a cabo recientemente por el BCE, lo que anula parcialmente sus efectos estimulantes de la actividad económica germana.

No obstante, la posibilidad de una operación corporativa hasta ahora es un planteamiento de analistas e inversores, puesto que el SCH y el BBVA tienen cosas más urgentes que hacer con el dinero obtenido en sus últimas operaciones. Pero no conviene descartar esta posibilidad para los próximos meses porque los analistas tienen reuniones frecuentes con ambas entidades y manejan mucha más información de la que ambos bancos publican.

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