Los dos programas punteros en el arrastre de audiencia siguen siendo “Gran Hermano” en Telecinco y “Operación Triunfo” en TVE. “OT” ha perdido parte de su empuje y acumula bastante menos público que la temporada pasada. “GH” tiene unos concursantes que dan poco juego. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en TVE con “OT”, el dispositivo organizado por la cadena que lo emite es mucho más amplio. Frente a las deficiencias de guión de lo que acontece en la casa de Guadalix, Telecinco le saca rendimiento con numerosos programas. “Salsa Rosa”, “Día a día”, “Cronicas marcianas” y los especiales de Mercedes Milá y Jesús Vázquez ex-primen al máximo cualquier anécdota y están consiguiendo unos niveles de audiencia que ayudan a Telecinco a ganarle la partida a Antena 3.
Entre los invitados de pago que utiliza la cadena para darle cuerda al monstruo, la incorporación de Antonia Del´Atte a los debates de “Salsa rosa” y el especial que presenta los domingos Jesús Vázquez, está siendo de lo más rentable. Antonia puede cantar, llorar, hablar con sentido común y sacar los pies del tiesto con gran aplomo y dominio de la escena. Como sabe buscar entre el escaso material que suministra la casa, ha elegido convertirse en madrina y defensora de Rafa, el “pájaro espino” que pone algo de morbo en la congregación más aburrida de las cuatro ediciones de “GH”.
Las maniobras en la oscuridad de las parejas que se van formando a trancas y barrancas en la casa no dan mucho de sí. De ahí que haya que sacar el mayor rendimiento a las turbulencias anímicas del casi cura zamorano. Jesús Vázquez ya ha sentado a su mesa a un fraile de verdad para que vaya poniéndonos al día de lo que ocurre en un noviciado, pero sin el apoyo de una mujer de carácter que se empeña en desentrañar el alma de Rafa, no habría forma de darle cuerda a un reloj que tiene que llegar hasta enero. A sus intervenciones se debe en buena parte que “Salsa rosa” haya dado un golpe mortal a “Trato hecho” de Antena 3 y le dé un buen bocado a José Luis Moreno y su “Noche de fiesta”. Entre programas lamentables, ganan los que no se duermen en los laureles, aunque sea renovando el parque de freaks.
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