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Encarna Jiménez

Aznar, presidente

La esperada entrevista que Juan Pedro Valentín, director de Informativos de Telecinco, hizo a José María Aznar partió con varios puntos a favor del Presidente del Gobierno. No se desplazó a un estudio de la cadena con luces estudiadas y puesta en escena de plató, sino que se hizo, en riguroso directo, desde el Palacio de la Moncloa, con la bandera española como fondo.

Lo que se perdía en “perfección técnica” se ganaba en efecto simbólico. Aznar se presentó como un responsable estadista que estaba al pie del cañón, dispuesto a seguir en las negociaciones internacionales, con apenas una interrupción de veinticinco minutos para atender a una pregunta planteada a toda página por Telecinco: ¿Habrá guerra o no?

Aznar no contestó a la pregunta, en la que tampoco insistió Valentín, sino que mantuvo un discurso enérgico, a pesar de los signos de cansancio en su rostro, en el que hubo una clara insistencia en hablar lo más posible de Sadam Hussein como dictador, calificativo que fue reiterado a lo largo de su intervención.

Frente al discurso del “No a la guerra”, en el que sólo aparece Bush como acusado, la estrategia de Aznar fue la de hablar de seguridad, terrorismo y búsqueda de consenso en el seno de Naciones Unidas (ONU) y ser muy cuidadoso con los nombres y las naciones.

No tuvo reproches contra Francia o Alemania. Habló de la intervención en Yugoslavia y de la Guerra del Golfo sin citar a Felipe González, pero subrayando que el PP apoyó al PSOE en su posición a favor de la intervención bélica y manifestó que, en todo caso, está con la resolución de Naciones Unidas que obliga al desarme de Irak.

Ciertamente, las cosas están bastante más complicadas de lo que se manifestó en una entrevista no demasiado larga. La posición española en el conflicto de Irak conlleva unos riesgos electorales indudables, pero Aznar estuvo claro al declarar que no cambia el mandato que recibió de los ciudadanos para defender la seguridad: eso significa no transigir con el chantaje de un dictador con armas de destrucción masiva y sin propósito de enmienda.

Con voz más grave de lo habitual, y desde su posición de Presidente del Gobierno, José María Aznar lanzó un mensaje sin fisuras manteniendo su posición, aunque recalcó la búsqueda del consenso en la próxima reunión del Consejo de Seguridad de la ONU. Más que una entrevista en términos convencionales, el especial informativo de Telecinco fue una plataforma en la que Aznar asumió la responsabilidad de su alineamiento contra el terrorismo internacional como Presidente del Gobierno de España.

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