“La noche temática” es un programa-paquete que suele incluir dos reportajes de distinta factura y nacionalidad y una película. Unas veces casan las tres partes y otras parece que han caído juntas por casualidad. Pedro Erquicia, del que depende el negociado de los informativos especiales de TVE, no se parte los cuernos limando el producto, pero hay que reconocer que el material que se emite, aunque no case uno con otro, tiene interés. El último programa llevaba por título “España 1975-2000” —casi nada— y tenía como objetivo ver cómo ha evolucionado España y sus instituciones desde la muerte de Franco a la participación en la Europa del Euro.
La sesión, de cuatro horas, empezó con el porro que encienden Carmen Maura y Félix Rolaeta en la película de Fernando Colomo “Tigres de papel” y acabó con las palabras de Jon Juaristi en las que se reclama de la Unión Europea la solidaridad en la lucha contra ETA. “Tigres de papel”, que ahora se hace un poco pesada, es, sin embargo, un documento imprescindible para ver con ironía la época de la transición y la cultura del colchón sin sábanas y la verborrea marxista. Probablemente a los jóvenes de hoy les costará tragar las parrafadas con las que nos castigábamos entonces, pero pueden tomar nota del vestuario.
A la película le siguió un documental, hermano del que se presentó con motivo de los 25 años de reinado de Juan Carlos, que llevaba por título “El camino de la libertad”. Una producción correcta pero que resultaba repetitiva. Quizá este documental, puede ser adecuado para ofrecerlo en otros países europeos a través de “Arte”, pero en España no era novedad, ni aportaba material que no hubiéramos visto recientemente.
Tras el repaso de la España democrática se ofreció una tertulia centrada en la relación España-Europa con invitados competentes, tres idiomas y dos periodistas. Walter Haubrich, corresponsal del Frankfurter Allgemiene Zeitung, Jean Canavaggio, director de la Casa Velázquez, Marcelino Oreja, uno de los que más saben del proceso de integración europeo, Carmen Iglesias y Jon Juaristi fueron razonables y claros, pero el debate que tenían que animar la periodista francesa Lauren L´Allinec y el español Sánchez Quintana resultó algo deslavazado y flojo. Con ambiente de café rococó, gente en mesas de al lado y el periodista de TVE más soso que nunca, se perdió una oportunidad de oro para hacer un debate que pueda quedar en archivo.
En Sociedad
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro