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Encarna Jiménez

Ficciones rentables

Hace tan sólo cinco años, la producción de series de ficción en España no hacía prever el increíble despegue que ha tenido recientemente. Según un estudio encargado por el Observatorio Audiovisual Europeo, España produjo el año pasado 1455 horas, lo que la sitúa en segunda posición, justo detrás de Alemania, y delante de Gran Bretaña, Francia e Italia. Aunque da la impresión de que 1999 fue un año excepcional y que los datos de las productoras independientes son muchas veces un misterio contable, lo que no tiene vuelta de hoja es que, después de haber rellenado durante décadas las programaciones con series americanas, australianas y europeas, las cadenas españolas han conseguido hacer de la ficción producida en nuestro país un género rentable.

Si los números no engañan, empresas como Globomedia y Zeppelin son las que lideran el sector y, precisamente, por la demanda de Antena 3 y Tele 5. En este aspecto, hay que reconocer el dinamismo de las cadenas privadas frente a TVE, que antes servía para potenciar la industria del cine y audiovisual y ahora no para de tener resbalones nada ficticios. Hace tiempo que no consigue un gol ni en series de calidad ni en populares y las empresas que emprende con televisiones autonómicas no pasan de ser “arreglillos” paraoficiales.

La única excepción dentro de las televisiones públicas es la catalana TV3, que no ha parado de mantener en las mejores posiciones series propias que han apasionado a la audiencia.
Gracias a ella y a las productoras independientes, la maquinaria audiovisual está en pleno funcionamiento. Si no fuera así, actores, guionistas, directores y productores no hubieran llevado tan razonablemente el pacto con el Ministerio de Cultura en la Ley del cine. Hay pan y duros para que no haya drama sino comedia.

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