Canal Sur, la cadena autonómica andaluza que hace tres años retiró de su programación “Tómbola” para hacer creer que cumplía los mandamientos de un servicio público y que sus principios morales estaban por encima de la valenciana Canal 9, productora del programa de cotilleo rosa, ha sido la primera en ser condenada por unas declaraciones de Karmele Marchante en “!Ay qué calor!”. La Audiencia de Sevilla ha considerado un atentado contra la intimidad de Isabel Pantoja que Karmele dijera que la cantante era homosexual y han con-denado a la periodista y a Canal Sur de forma solidaria a indemnizarle con 10 millones de pesetas.
Al igual que ocurrió recientemente con la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el atentado a la intimidad de Isabel Preysler, la de la Audiencia de Sevilla puede abrir una brecha en el multimillonario circo del “famoseo”. Hasta ahora se ha podido decir de todo, especialmente en “Crónicas marcianas”, porque los que se insultan cobran por ello, pero va a estar algo más complicado hablar con la misma contun-dencia de camellos, putas y ladrones si se refieren a terce-ros que no están en la pomada.
La multa de Karmele, además de darle una alegría a Isabel Pantoja y a su pareja de hecho, José Manuel Parada, pone sobre el tapete que no están justificados este tipo de programas en una cadena pública, que además de pagar a todo el que quiere desnudarse y montar pollos, se ve obligada a pagar multas por ir vulnerando la ley.
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