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Encarna Jiménez

La serie gay

En España es muy común que en las comedias haya una pareja homosexual o alguna lesbiana, pero ésta es la primera serie que podemos ver sobre homosexuales cargada de sexo y de situaciones que rozan la legalidad.

"Queer as folk" es la serie que estrenó Cuatro pasada la media noche del viernes, coincidiendo con el día del Orgullo Gay. No han querido traducir el título americano, no sé si porque cada vez más se cuenta con que la población se maneja en ese idioma o porque aquí no se acaba de encontrar una palabra en vez de "queer" que no moleste o un giro que le fuera fiel.

En España es muy común que en las comedias haya una pareja homosexual o alguna lesbiana, pero ésta es la primera serie que podemos ver sobre homosexuales cargada de sexo y de situaciones que rozan la legalidad, especialmente por que aparece el mundo de la noche, con su componente de drogas y el lado oscuro y complicado de grupos con un comportamiento muy específico.

Los dos principales protagonistas presentan dos formas diferentes de vivir su homosexualidad. Uno, el guapo, no para de ligar, es rico, listo y vive al límite del riesgo; el otro trabaja en un supermercado y es la voz sensata y prudente dentro de la clase obrera, donde se asume peor la diferencia, tiene unos padres muy especiales y un compañero de piso con mucha pluma.

La ciudad donde se sitúa la acción es Pittsburg, pero podía ubicarse en cualquier otro lugar, incluso en las grandes ciudades españolas, porque hay suficientes similitudes en los lugares de ocio del mundo gay como para que se puedan identificarse músicas, discotecas y fórmulas de complicidad y de afecto muy parecidas.

"Queer as folk" es una serie que también se pone sus límites, no tanto en las escenas de sexo, que también, sino en difundir el sexo seguro, y procura no verse involucrada en situaciones con menores, aunque las roce.

Con la serie que podría tener más parecidos es con "Sexo en Nueva York", aunque en esta nos movemos en el campo de la heterosexualidad y las conversaciones entre las mujeres son más largas. En "Queer" hay menos palabras, más noche y, por lo tanto, más rombos.

Probablemente Cuatro ha querido tener en su programación un producto americano que cubra un franja de la población que tiene influencia, y ofrecerles una serie con la suficiente calidad como para que pueda ser vista por un sector de la población algo más amplio.

De momento parece que eso de casarse –a lo que tanta importancia se le ha dado en España– no entra en el guión, aunque se tenga algún hijo de matute y haya lazos tan fuertes como los de los protagonistas, que más que de pareja son de amistad profunda. Es una serie que presenta comportamientos que podrían tener su base en un modelo de los años 80, pero que se sitúan en la actualidad y en Estados Unidos, ese lugar en el que la televisión está yendo siempre unos pasos por delante en cuanto a creatividad, planteamientos sociales y buena factura.

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