Hubo un tiempo en el que hablar de feminismo significaba aportar alguna idea. Desde hace tiempo es callar por no saber y tragar con un presente contradictorio en el que los pasos adelante sólo se ven en ciertas tendencias en tablas sociológicas. En televisión ocurre igual. Cada cierto tiempo recurren a Teresa Álvarez para difundir en sendos reportajes la labor de algunas mujeres que destacaron en labores intelectuales o políticas. Teresa, que es como la Carmen Iglesias de TVE, una mujer de orden que es tan correcta como poco estimulante desde el punto de vista intelectual, cumple con su cometido, pero no crea opinión. Su serie “Mujeres en la Historia” es tan “cortita” como larga es la realidad.
En estos días se anuncia la emisión de nuevos capítulos de su serie, en la que intenta sacar a la luz la labor de mujeres españolas empecinadas como Clara Campoamor, Rosalía de Castro, Carmen de Burgos o Ana de Austria. El 70 aniversario de la concesión del voto a las españolas es un buen motivo para recapitular sobre la proyección pública de las mujeres. Sin embargo, no parece que en TVE estén por la labor. Hace veinte años hubo algún intento de promover programas con afán igualitario. De tiempos de la transición es “Viéndolas venir”, un programa que estuvo más acertado en los contenidos que en el título, y que dejó en los archivos de TVE algún ejemplo de su interés por analizar la historia pasada y la presente.
La serie de Teresa Álvarez, siendo interesante, es tan conservadora en el fondo que apenas serviría para dar una excusa a un hipotético debate del estilo de “La clave” en el que se analizara lo que va de ayer a hoy en la condición femenina. Entre Ana Botella y Eva Sannum, los medios están bastante ocupados para no dejar espacio informativo específico a lo que suponen en estos momentos algunos signos de la representación femenina en televisión como los concursos de “misses”, la participación de mujeres en los múltiples programas de supuesto debate o el dominio del mundo mariquita en las audiencias femeninas de tarde y noche. Esa cuestión, que no deja de ser interesante, nunca tendrá acogida como complemento en esa serie tan anunciada de “Mujeres en la Historia”, que se cuida mucho de no llegar hasta la actualidad.
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