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Encarna Jiménez

Mercedes y el argentino

La mentira y el chafardeo han vuelto a ganar una batalla más en la televisión. Mercedes Milá, que es una profesional in-combustible, ha conseguido que la última entrega de “Gran Hermano” capte el interés de millones de telespectadores que están dispuestos a pasar por alto el “papelón” tramposo que representó en la Nochevieja acompañada de los barcos de Mu-xía.

Esta semana, cuando TVE y Antena 3 se esforzaban por colocar en horario de máxima audiencia series de ficción realizadas con notable esfuerzo como “La vida de Rita”, o la mediocre “London Street”, y Emilio Aragón intentaba reciclar su “Ja-vier”, la señora de Telecinco –con el permiso de María Teresa Campos– se ha puesto al servicio de los negocios de la “telerrealidad” con la inestimable ayuda de Matías, el ar-gentino que ha salido de la casa de Guadalix para animar el cotarro de las tertulias dedicadas a la crónica social.

Mercedes Milá ha vuelto a la carga para conseguir que el tramo final de “Gran Hermano” se aguante con los niveles de audiencia que requiere la cadena. Sin duda le va a ser de gran ayuda Matías, el argentino alegre al que llaman Tone, quien parece que deja a casi todas contentas –incluida su madre, recién llegada de Argentina–, y Mercedes Milá. Por su parte, Boris Izaguirre sigue haciendo campaña a favor de Ra-fa, el aspirante a cura, al que quiere convertir en ganador con el voto de “todos los mariquitas”. A lo mejor acaba en las listas de Mendiluce.

Ya sólo quedan cuatro en Guadalix, se acerca la final en la que Mercedes Milá va a tener un papel especial con programas de larga duración los jueves y domingos; está crecida y con vestimenta juvenil, y no es para menos porque, como avergon-zarse de sus mentiras y trampas no le va, está dispuesta a presentar a Telecinco un balance de su labor más positivo en términos de audiencia que su predecesor Pepe Navarro. Cuando acabe este insulso “Gran Hermano” con un ganador de medio pelo, a la única que le saldrán las cuentas es a Mercedes Milá por la cara que le echa a la vida.

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