Las comparecencias de Javier González Ferrari, director que sigue siendo de RTVE, en la comisión de Televisión del Congreso de los diputados son siempre chocantes. Hace apenas unos días, el ente público no quiso comprar los derechos de transmisión de los mundiales de fútbol y proclamó que la razón principal era el plan de ajuste económico que le ha impuesto la SEPI para ir cubriendo el agujero de 800.000 millones de pesetas. Sin embargo, cuando la oposición le pregunta al director de RTVE sobre el apoyo económico del Gobierno, manifiesta que este año la subvención va a ser incluso mayor que el anterior. Es decir que, a pesar de toda la “Operación Triunfo” y su política comercial con la ayuda de Gestmusic y todas las teletiendas, las arcas del Estado seguirán representando el mayor soporte de la televisión pública.
Aunque el juego parlamentario tiene unas reglas bastante curiosas, en las que cada uno hace su papel con escasa convicción, podemos estar seguros de que, en este caso, Javier González Ferrari dice la verdad porque, después de marear la perdiz hablando de los Planes Marco para acabar con la sangría que supone para el Estado mantener la actual RTVE, volvemos a estar como siempre. Ferrari está convencido, como en el pasado hicieron sus antecesores de que, debido a la influencia que para los gobiernos representa la televisión pública, el poder político jamás se permitiría el lujo de prescindir de un altavoz de primera.
TVE, con dos piezas que le salieron muy bien, “Cuéntame” y “Operación Triunfo” vendió su competitividad en el terreno comercial. Cuando ve que el cuento de la lechera tiene un final cercano, sale del Parlamento sin apenas rasguños defendiendo el recurso a los fondos públicos. El PSOE ha obtenido la respuesta que quería y González Ferrari se ha encontrado con la oportunidad de seguir haciendo lo de siempre: que las televisiones públicas sean un negocio redondo donde no pueda entrar nunca el cirujano de hierro.
En Sociedad
0
comentarios
Servicios
- Radarbot
- Libro