El termómetro que, a estas alturas del año, marca la temperatura del éxito televisivo de la temporada es a quién elige cada cadena para hacer los programas especiales de Nochevieja. En cuanto aparecen los anuncios de cava, comienzan a prepararse las producciones que rellenarán esas noches larguísimas y tópicas, empalagosas y repetitivas. Y estamos en ello.
Telecinco ya anuncia que dará un puesto estelar a Jorge Javier Vázquez y Carmen Alcayde, los presentadores de "Aquí hay tomate" y que echarán mano de los chicos de "Gran Hermano". Son las señas de identidad de una cadena que ha hecho del cotilleo su forma de mantenerse en una posición holgada. El "tomate" de Telecinco y sus "salsas rosas", las lágrimas de "fresita" y los gritos destemplados de Mercedes Milá han sido las grandes aportaciones de una cadena que mantiene una buena salud económica en la medida que ayuda a empeorar el estado mental de la audiencia.
Por su parte, Antena 3 avisa de la irrupción en fin de año de los protagonistas de "Aquí no hay quien viva", la comedia producida por José Luis Moreno que está batiendo records de audiencia en una cadena que se ha tenido que conformar con mantener un discreto tercer puesto en el ranking de las televisiones generalistas. La serie que se presentó como una versión audiovisual de la "13 rue del Percebe" ha dado la campanada. En unas cuantas semanas ha conseguido vencer incluso a la laureada y resistente "Cuéntame cómo pasó". Las cifras no engañan, y lo cierto es que ronda casi todos los domingos los 5 millones de telespectadores y en alguna ocasión ha estado por encima de los 7. Aunque es cierto que la serie de TVE, que se emite los jueves y en competición con "Gran Hermano", lo tiene más difícil que la producción de Moreno, nadie se habría creído cuando empezó que le podía sacar una cabeza a la serie más asentada de TVE.
Parece que en el almita de la audiencia hay un hueco para las comedias que, como ocurría con "7 vidas", traen algo de humor a las pantallas y se arman con unos actores con los que los espectadores se encariñan. También hay que contar en esta victoria con el natural desgaste de las producciones que llevan más de tres temporadas. Es el caso de "Cuéntame cómo pasó", que está perdiendo parte de su encanto. En el último capítulo, centrado ya en una España convulsa, con el juicio de Burgos y los conflictos laborales y de orden público en primer plano, la seriedad que conllevaban los temas le hacía perder ese lado sonriente que la gente busca.