A pesar de que “La 2” de TVE es la cadena más santa, la que permite ver al Papa en directo, ganar indulgencias y seguir de cerca procesiones y Santos Oficios, la cadena pública inauguró su programación de vacaciones con “El diablo sobre ruedas”, la “opera prima” de Steven Spielberg que nos recuerda el calvario de la carretera que persigue a todo el que huye de su sala de estar en estos días. Para los que deciden quedarse en su residencia, las principales televisiones han preparado un verdadero festín de clásicos en el que ahorran ideas y gastan en cine del que no falla.
Si alguien quiere repasar los tópicos españoles, ahí está Parada con un “Cine de barrio” en el que tenemos a Marisol, toreros, ciegas y mundo rural hispánico en grandes dosis. Tampoco se resiste TVE a darnos de nuevo “Ben-Hur” y “Espartaco”, “El Evangelio según San Mateo” de Pasolini y alguna perla de Fritz Lang. En el intermedio colarán alguna producción americana con protagonistas de tirón como Katheleen Turner o Nicole Kidman.
En el cine se gastan las principales cadenas 10.000 millones de pesetas, porque es tan seguro y agradecido como el programa más ambicioso. Si es Semana Santa, procuran que no sea pecador, aunque siempre el demonio se cuele por algún sitio y, si TVE busca estar en paz con Dios retransmitiendo rituales católicos desde Castilla, donde, según reza la promoción turística oficial, “lo pasas divinamente”, en Tele 5 tienen que pelearse con la mentira de “Gran Hermano”.
No sé si Dios le perdonará a Mercedes Milá todo lo que engaña, pero, después del número de falsa defensora de las buenas acciones que nos ha montado con el pastelero fogoso y patán Carlos Navarro, se ha convertido en la primera candidata a penitente de los males de televisión. A ver si purga sus males con una sesión continua de “Fray Escoba”, que también la ponen estos días para flagelo de agnósticos y enemigos de los demonios de la carretera y de los encierros por la pasta.
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