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Encarna Jiménez

“Tómbola” vive

Hay programas de los que todo el mundo habla, porque se ven, pero que a algunos les molesta defender cuando tienen que manifestarse sobre lo que debe emitirse en una televisión pública. Es el caso de “Tómbola”, una producción de Canal 9, la cadena autonómica valenciana que, junto a Telemadrid, entretiene las noches de una audiencia que está dispuesta a dejarse enredar por los avatares de un puñado de personajes que han hecho de su vida privada un negocio. Cuando algún político o nuevo directivo de una cadena pública quiere marcarse un tanto, se mete con “Tómbola”, como hizo Giménez Alemán recién estrenado su cargo en Telemadrid, pero, en el momento en el que le toca lidiar con los números, se echa atrás ante la cascada de cambios que acarrea el eliminar un programa que funciona.

Muchos daban por agonizante este invento de Jesús Mariñas, que aguanta cuatro horas, aunque los periodistas que lo animan tosan, lleven las manos vendadas, les salgan granos o lleven bufanda. Sin embargo, a la vista de su último programa, en el que fue protagonista Marujita Díaz, hay razones para pensar que tiene cuerda hasta que Jesús Mariñas se canse. La historia rocambolesca de Dinio, el cubano guapetón con el que todo el mundo se mete, incluida la prudente Ana Rosa Quintana, ha desencadenado la aparición de Marujita, su valedora y casi prometida en España, a bombo y platillo. Como es una profesional muy vivida, ha sido capaz de llevar con verdadera holgura el interrogatorio de Marchante, Mariñas, Herrera y Lozano sin que se arruine el negocio, y está dispuesta a hablar con la boca pequeña de un desengaño amoroso que no parece tal.

Si es difícil de tragar que la historia del cubano que se busca la vida y la señora que se las sabe todas ya ha acabado, más difícil es pensar que el programa tiene una fecha de caducidad inmediata. La próxima semana seguiremos con “Tómbola”, porque todavía no se ha inventado una manera mejor de desnudar lo que es la prensa rosa. “Tómbola” va camino de convertirse en un clásico del fulaneo que no puede ser sustituido. Cifras mandan.

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