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Encarna Jiménez

Triunfo inesperado

TVE anda con pies de plomo en la rentabilización del éxito de “Operación triunfo”. Después de renunciar a “Supervivientes”, que la ha recogido Tele 5 con resultados no demasiado halagüeños, y escarmentar en cabeza de Antena 3 la experiencia de “El bus”, se metió en la aventura, ya contrastada en otros países, de hacer una versión “granhermana” de competencia entre cantantes jóvenes que buscan la fama.

Una academia de cante y baile dirigida por Nina, aquella chica que descubrió Cugat en su vuelta a Cataluña y que se ha fogueado bastante en televisión en papeles dramáticos, es el escenario de un culebrón difuso, hábilmente producido por Gestmusic, que quiere adaptar las estrategias de “Gran Hermano” a un mundo menos escabroso. Con la excusa de hacer una eliminatoria para elegir al artista que representará a España en el próximo festival de Eurovisión, los participantes se esfuerzan por mezclar sus dotes como cantantes y el atractivo de sus historias personales.

Como la cosa ha funcionado, pero en TVE no están porque sea demasiado evidente la explotación de la vida íntima de los jóvenes, andan dando rodeos para aplicar las fórmulas comerciales de “GH” sin contravenir algunos de los principios que le quedan a la televisión pública. De momento, es la productora, y no el Ente, el que tiene la página web abierta para animar la participación. Se han abierto espacios diarios de seguimiento en “La 2”, siempre con el debido respeto a la intimidad, pero se empieza a alentar un “corrillo” mañanero en “La Primera” como fórmula de “retroalimentar” el concurso. TVE está dispuesta a inundar de aspirantes la parrilla, pero, mientras funcione “Operación triunfo” se cuidarán de que el salto a la fama no esté catapultado por ligues postizos y pruebas con alimañas en infiernos lejanos.

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