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Enrique Calvet

Pedro Sánchez y tres frases para “amigo Sancho”, el del pueblo español

Es desastroso que el diputado Sánchez siga ahí. Puede que no le sobreviviesen ni el PSOE, ni la socialdemocracia… ni la democracia de libres e iguales.

No está de más, tras el transcurso de dos meses y medio perdidos y tras el remate de la primera parte del sainete, pararse un momento a pensar, o a compartir con Uds. el meditar, sobre las razones por las que España ha tenido una reacción totalmente disparatada e inhomologable a lo que acaece en las democracias asentadas europeas. Convendría ir a las raíces y comprenderlo, porque se nos sigue yendo a chorros la prosperidad, la libertad y la igualdad de futuras generaciones de españoles.

Visto que la única salida razonable, con visión de Estado y visión europea, la que me hubiera evitado intentar explicar lo grotescamente inexplicable en mi trabajo diario, era el intento de los Partidos ni antisistemas, ni demasiado populistas, ni secesionistas de llegar a un acuerdo (ya se hubiera visto el resultado), les propongo, en la brevedad impuesta, concentrar la reflexión sobre tres frases claves del diputado Sánchez (D. Pedro).

La primera, más sobada, es la que afirma luchar por "el cambio". La sentencia de la secta de los cambistas que ha dicho el maestro Savater. Nada más vacuo, más cansino y trilero que tal afirmación, cuando ni se especifica, ….¡ni se cumple! Por supuesto que España necesita un cambio radical urgente, ¡qué digo!, ¡una revolución incruenta! España necesita recuperar plenamente su mercado único interior, demanda con agonía una recuperación de competencias estatales en temas como educación, justicia, sanidad, …. España necesita recuperar el Estado de Derecho para seguir siendo un conjunto de libres e iguales como indica la Constitución, necesita una reducción drástica de su administración territorial, disolvente, corruptible y empobrecedora, una revolución fiscal (y no retoques tributarios), sacudir la política energética y la de medio ambiente, empezar desde cero la estructura universitaria, y unos cuantos terremotos más. ¿Han oído hablar de ese cambio? Va a ser que no. Y si retornamos un segundo a la frívola epidermis, si el cambio sólo se queda en las formas y son las que vemos, y eso es la "nueva política", que vuelva pronto la vieja, porque la actual da mucho asquito hasta en Europa. ¿Y saben por qué no se habla del cambio indispensable y real? Pues porque es imposible realizarlo, con modificación profunda de la Constitución incluida, sin la participación de los tres Partidos españoles europeístas y realmente democráticos. ¿De verdad se piensa reformar la Constitución sin hacer participar a los votantes del PP, cosa que jamás he sido? Eso es ser trilero, y lo aprecian así en Europa.

Y la segunda frase es la que explica la noción del cambista Sánchez. Tiene varias formas: "No es no", "nunca pactar con el PP", “cordón sanitario alrededor del PP”. Incluso saliendo de su fracaso investitorial afirmó: ”no me resigno a que el Señor Rajoy gobierne unos años más”. Y ello aderezado con frases de alta política del improbable Luena que comparaban al PP con Bildu… Evidentemente, a la par que se mantenía esa actitud irresponsable, sí se admitía la posibilidad de pactar con un conglomerado de Partidos autoritaristas, anti demócratas (con el viejo truco antidemócrata de apelar a la democracia asamblearia dirigida), antieuropeos y opuestos a una España de libres e iguales. O sea, que el cambio y sustrato del pensamiento de nuestro aspirante a hombre de Estado es…. que no gobierne el PP. No sólo es de una profundidad inmarcesible sino que es muy difícil hacer entender en Europa que lo que es de cajón en Alemania o Francia (la cohabitación o el frente anti Le Pen) en situaciones de extrema gravedad y emergencia (España se está jugando desaparecer) no es posible en España. Y porque no gobierne el PP, en coalición, se puede sacrificar alegremente el bien común de los españoles a corto y largo plazo, perdiendo tiempo, confundiendo y vendiendo titulares y bobaliconadas…

Pero la tercera frase es la más mortal para nuestro futuro, la definitiva. Los mismísimos oídos del que está dando a estas teclas han oído decir al diputado Sánchez (D. Pedro) que, con el conglomerado Podemos: "Es más lo que nos une que lo que nos separa…" (sic) O hablando de él mismo o hablando del PSOE. Ambas hipótesis igual de trágicas son. Reconozco que los comentarios que siguen están influenciados por los casi treinta años que serví con orgullo y honor al PSOE, hasta que tuve que abandonarlo por no parecerme ya un Partido con las ideas claras. Pero de ahí a transformar el PSOE en un vecino conceptual e ideológico de unos Partidos que quieren destrozar sibilinamente (y no tanto) la democracia, que son antieuropeos (Podemos estudia con Bildu "cargarse el euro"), que alaban terroristas y que pretenden fragmentar a los españoles hay un triple salto mortal. Pretender que el PSOE tiene algo toral en común con estos Partidos es terminar de liquidar el PSOE y dejar a España huérfana de un Partido cuasi nacional (en Cataluña no existe), y vertebrador de orientación progresista social demócrata. Y eso es gravísimo conceptual y prácticamente. Y eso no hay quién lo explique en las democracias serias, y bien que lo siento por mis abundantes amigos europarlamentarios socialistas que aún conservan el sentido común y el sentido de Estado.

Esas tres frases, en mi criterio, explican la sinrazón y el sinsentido del trágico momento que estamos viviendo, y la pérdida, día a día, de nuestro potencial de futuro. Es palmario que sería un bien para la democracia española que el Señor Rajoy se retirara de la política. Tanto por su capacidad demostrada de confundir a un administrador con un gobernante, a un maniobrero con un político, un gestor con un hombre de Estado, como por la ejemplaridad de admitir su total responsabilidad en haber permitido la instalación de un sistema ahogado de corrupción.

Pero, a mi juicio, de cara al futuro con o sin elecciones, es desastroso que el diputado Sánchez siga ahí. Puede que no le sobreviviesen ni el PSOE, ni la socialdemocracia… ni la democracia de libres e iguales.

En España

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