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Enrique de Diego

Alicante: Escandalera del PSOE y Localia

El grupo municipal socialista del Ayuntamiento de Alicante vive instalado en el escándalo. La cuestión se arrastra desde hace meses, pero ha entrado en un punto de no retorno, con subida exponencial de la tensión. El próximo lunes, la perversa utilización de fondos del grupo municipal con facturas, presuntamente falsas, para pagar entrevistas en la televisión Localia -participada en Alicante por Prisa y el Grupo Moll, primos hermanos- y para esponsorizar programas será llevado a los tribunales. Previamente ha tenido que dimitir una concejala por el abuso del teléfono público para realizar compulsivas llamadas a familiares en Chile y todavía no se ha resuelto el escándalo de un viaje de tres concejales a las elecciones vascas con tales fondos. Los concejales adujeron que habían ido a realizar un informe para la Universidad de Alicante, pero la institución lo ha desmentido rotundamente.

Hay otra serie de escándalos añadidos, de carácter local. Campañas de movimientos asociativos "espontáneos" cuyas facturas, al final, las ha venido pagando el grupo municipal. Lo de Localia es especialmente grave y chapuzas, porque existe la fundada sospecha de que se trata, en realidad de pagos, por deudas de una antigua campaña electoral.

En medio de toda la polémica, la dirección nacional ha expulsado a la concejala Francisca Benabent con la curiosa excusa de que no estuvo en una votación en un Pleno. Según tal criterio, habría que expulsar a todos los políticos españoles sin excepción. Francisca Benavent llegó a un acuerdo, avalado por el partido, para dividir su exclusiva con la concejala de las llamadas familiares, pero ésta no lo cumplió, por lo que Benavent fue a los tribunales, que le han dado la razón. El partido socialista simplemente se ha vengado. El expediente de expulsión es un clamoroso monumento a la mofa y befa de los derechos personales y de los procedimientos procesales.

Mientras crece la escandalera, hay muchas preguntas de fondo. El grupo municipal socialista de Alicante sistemáticamente confunde lo público con lo privado. La principal acusación del PSOE al PP. Pero cuando la cuestión se da en su casa, en vez de renovar, la dirección de Zapatero trata de cerrar filas con medidas punitivas. José Blanco en su partido no vive lo que exige a los demás. Ha salido además en respaldo de un aparato anquilosado, que se arrastra desde los peores tiempos del felipismo, y que ha hecho de la política un simple modus vivendi, con las primarias convertidas en mera farsa. Demostración de que la renovación es superficial, cosmética. Y de que ni se combate la corrupción, ni se pone coto a la prepotencia.

El escándalo de Alicante no va a parar, va a crecer. Con un alto coste para los socialistas porque la Comunidad Valenciana es clave para el mapa político nacional y Alicante más aún para el mapa de la Comunidad Valenciana.

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