Menú

Dieciséis católicos han sido asesinados en Pakistán. ¿Puede hablarse de terrorismo islámico? La masacre ha sido cometida con esa intencionalidad genocida de no dejar a nadie vivo, cerrando las puertas de la Iglesia, tirando a matar contra hombres, mujeres y niños. Cada día nuestros diarios se conduelen del acoso a las comunidades musulmanas occidentales, pero todos llevamos décadas callando contra la brutal discriminación que se practica en los países musulmanes contra los cristianos, donde bajo el estatuto del dimim, son tratados como ciudadanos de décimo octava, obligados a pagar impuestos especiales y sin poder tener empresas propias, pues, por ejemplo, no pueden tener bajo su cargo a musulmanes.

Llevamos décadas callando sobre el genocidio perpetrado contra los cristianos en el Sur del Sudán o el Norte de Nigeria. Se ocultó, por ejemplo, el contenido religioso del salvajismo de los asesinatos en masa de los cortadores de cabeza en Timor Oriental. Estoy por conocer el caso de un sacerdote que predique sobre tales cuestiones en las homilías dominicales o un solo gesto de la jerarquía española en solidaridad con sus hermanos cristianos perseguidos y asesinados. Hay demasiados gestos de barbarie estricta –también en los palestinos– para que sigamos bajo la ceguera beata, y cómplice, que nos ha impuesto durante demasiado tiempo lo políticamente correcto. En el islamismo hay barbarie y totalitarismo. No hay ningún criterio económico, ni el petróleo, superior a la libertad y al compromiso con la búsqueda de la verdad.