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Enrique de Diego

Dos magníficas soluciones policiales

Tras la detención del comando “Buruntza” la del Barcelona. Dos magníficas soluciones policiales. Falta por detener al etarra-batasuno de los juguetes bomba contra la ertzaintza que terminaron asesinando a una abuela y lisiando de manera irreversible a un niño (en vez de asistir a las concentraciones de condena, los concejales batasunos debían poner a su psicópata a disposición de la Policía).

Ambos comandos han llevado en los últimos tiempos el peso de los asesinatos y las acciones violentas. Junto con la muerte de la “gudari” de Torrevieja, dependiente del complejo Donosti, éste ha quedado seriamente dañado, en unos niveles muy serios. A la banda terrorista le quedaría ahora el comando Madrid y parte de ese complejo, aunque muy probablemente todo sea en el momento actual “complejo Donosti”, porque el conflicto, las levas y la infraestructura –ya en las propias casas- han quedado restringidos a Guipúzcoa.

Los actos violentos que intentarán perpetrar los cachorros de asesino de la kale borroka han de tener un nivel de tolerancia cero y producir nuevas detenciones. La coordinación y colaboración entre policías está dando el fruto lógico, como era previsible para los que siempre hemos apostado por la solución policial, es decir, por esa cuestión tan sencilla, de sentido común y civilizado de detener a los asesinos y a los delincuentes. De proteger las vidas y las haciendas de los contribuyentes. Y que la lucha contra Eta no se hace con concentraciones sino con Estado de Derecho: policía y jueces (en este punto, la cobardía moral sigue siendo elevada).

Cabe elogiar la labor que Mariano Rajoy está llevando a cabo y que, tras titubeos al comienzo, destaca por el desarrollo de un coherente discurso político y una sobresaliente eficacia policial. Ojo: cualquier posible tregua sería un intento de la banda de rearmarse y reorganizarse.

Lo dicho, han sido dos magníficas soluciones policiales que han evitado la pérdida de vidas humanas a manos de profesionales del crimen con psicopatía nacionalista.

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