Menú
Enrique de Diego

El último partido marxista-leninista

Ahora que Castro se desvanece, Eta se exhibe con su Batasuna (a pesar del descalabro electoral) como el último movimiento totalitario, como el último partido marxista-leninista. Ni fascistas, la pura esencia totalitaria, lo previo, la Internacional, el puño en alto, el tiro en la nuca, la autodeterminación leninista y un futuro propuesto de campos de exterminio. Es hacia lo que Arnaldo Otegi muestra compresión. La progenie reaccionaria de Sabino Arana se encuentra en el camino con la ultrareaccionaria de Lenin. Hibernación estricta de las ideas, fruto de dos procesos de deshielo, el del socialismo real y el de la dictadura franquista. Las momias, desde Arzalluz hasta Josu Ternera, salen con sus harapos ideológicos con pretensiones de modernidad.

Si no hubiera muertos de por medio, si esta bunkerización cavernícola no produjera tragedias humanas, produciría la hilaridad del espíritu crítico. Una sociedad como la vasca en cuanto nacionalista no puede pretenderse moderna, según el discurso de Ibarretxe, mientras albergue en su seno tales desfondes históricos: un nacionalismo étnico de rancia prosapia decimonónica, tan próximo a la cruz gamada como el lauburu, y un nacionalismo nítidamente totalitario y genocida con la hoz y el martillo. Esto no es ni tan siquiera un debate ideológico, es una pérdida del sentido del tiempo histórico. Ahí es donde está el conflicto. Eso es lo que se pretende trasladar como tal a los que, evolucionando, han ido hacia la modernidad, el disfrute de la libertad y el Estado de Derecho.