Menú
Enrique de Diego

La serpiente descabezada

La serpiente descabezada no ha respondido con el furor de otras veces, ni como reaccionó tras la muerte de los cuatro terroristas por su propio explosivo. Persiste el terrorismo callejero, pero no ha habido orgías de violencia en la noche vasca, ni convocatoria de huelgas generales, ni tampoco Hb ha mostrado una actividad política destacable.

Del escrito de Baltasar Garzón, que se basa en pruebas irrefutables entre las que se encuentran grabaciones de reuniones, se deduce la existencia de una Eta interior con un núcleo duro dentro de Hb -antes Kas, ahora Ekin- que coordina, planifica y ordena el terrorismo callejero, como politburó o “comisariado político” que coordina las actuaciones de todo el entramado batasuno, depura a los que cuestionan la violencia e indica las líneas políticas que deben seguir los atentados. Por ejemplo, si hay que matar a cargos del PSOE o a cargos del PP. Si se observan los tiempos, se verá que el asesinato de Fernando Buesa vino precedido por una intensa campaña de terrorismo callejero contra concejales y militantes socialistas; también hubo coordinación entre kale borroka y atentados contra periodistas, contra miembros del Foro de Ermua y contra concejales del PP.

La Eta exterior es fundamentalmente ejecutiva. La detención de Iñaki de Rentería es un segundo golpe a la cabeza. La estructura fuertemente jerarquizada de Eta hace que la información se concentre en la cúpula. Iñaki de Rentería conoce toda la banda y cada uno de sus comandos. Concatenada con su detención está la de los doce terroristas, entre ellos, cuatro dirigentes del aparato logístico de explosivos. Ignacio Santiesteban Goikoetxea es el encargado del equipo electrónico de explosivos, responsable de la fabricación de mandos a distancia, detonadores y componentes electrónicos necesarios para la activación de bombas. Angel Pikabea Ugalde es el responsable del paso de los explosivos por la frontera y su distribución a los comandos. La importancia de estas detenciones es notoria: la estrategia etarra se basa en buena medida en las bombas-lapa y los coches-bomba. Además estos terroristas han de conocer las infraestructuras de los comandos Madrid y Andalucía.

La cúpula de Eta es, con Iñaki de Rentería, una troika con dos encargados de comandos legales e ilegales (una distinción ahora difusa), García Gaztelu y Soledad Iparagirre. Nadie en Eta, ni en la exterior ni en la interior, está seguro, ni en España ni en Francia. Nadie puede saber si Iñaki de Rentería ha informado de su existencia, lugares de contacto, reunión y escondite. La cadena de mando se ha roto y las órdenes no llegan.

Es elogiable sin reservas mentales tanto la actuación de la Guardia Civil, el funcionamiento de la colaboración con Francia (a quien Eta además amenazó armando al separatismo bretón), y la capacidad del Gobierno para respetar los tiempos policiales sin exigir precipitaciones que calmaran algunas irresponsables tomas de postura en la opinión pública, tanto de políticos como de columnistas periodísticos.

En dos ocasiones anteriores, la banda terrorista se ha encontrado en una situación similar, con la detención del colectivo Artapalo y con el ingreso en prisión de la Mesa Nacional de Hb. En ambas ocasiones obtuvo un balón de oxígeno para reorganizarse mediante la presión del nacionalismo de PNV y EA. Cabe esperar que se haya aprendido de los errores, y se asuma que Arzalluz y la actual dirección del PNV funcionan como aliados de Eta o que las distinciones sobre grupos causipacifistas en el seno de Hb es un puro voluntarismo. Cualquier expectativa de la llamada negociación es alimentar el conflicto. Esas coartadas en favor de treguas-trampa o diálogos sólo han servido para que la serpiente se regenere. Hoy es más necesaria y urgente la moción de censura contra el gobierno Ibarretxe, que llegó al poder con los votos de Ekin-Eta y es incapaz de combatir el terrorismo callejero y proteger los derechos y libertades de los ciudadanos.

En Opinión