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Enrique de Diego

Los payasos de la concejala

El Ayuntamiento de Irún ha suspendido dos sesiones del grupo de payasos de la concejala de Eh en Lasarte. El Ayuntamiento ha respondido a una demanda ciudadana y a la preocupación de los padres respecto a la enseñanza que pueden recibir sus hijos de unos payasos que dependen de una concejala que justifica el asesinato y leyó el comunicado de su partido para no condenar –o sea, para apoyar— el asesinato del teniente de alcalde socialista.

Es casi una parábola que la concejala tenga un grupo de payasos. Nada hay más inocente que los payasos, salvo que sean la recreación del muñeco diabólico. ¿Qué extraña empanada mental puede darse en la misma persona para dedicarse a la infancia y ser al tiempo cómplice de los asesinos? ¿Qué enseñan esos payasos abertzales a los niños vascos? ¿La kale borroka? ¿El odio a los constitucionalistas? ¿La guerra santa contra el diferente? ¿La inquisición y el horno crematorio para populares y socialistas? Mientras se sitúa en el corredor de la muerte a la mayoría de la población, se intenta educar a los niños en el odio con cargo a los fondos públicos. Esos payasos batasunos son un sarcasmo sociológico, una broma pesada y el síntoma de que una parte del mal está en la educación y en una cultura apesebrada del odio.

En estas, Juan María Atutxa ha hecho unas declaraciones en las que sitúa dentro del terreno de lo inconcebible el pacto con quienes no condenan la violencia y el asesinato. Decir esto, ahora, después de una legislatura de coyunda intensa con los asesinos, de pactos parlamentarios, de Asamblea de municipios vascos, de inclusión de la autodeterminación en el programa electoral del PNV, además de una hipocresía es un insulto a la inteligencia. Es prestarse a servir de coartada asumiendo en sentido inverso el discurso de Arzalluz. Ahora se dice, dentro de la espesa ambientación de eufemismos en la que se mueve la política vasca, que hay un riesgo de confrontación civil. No, lo que hay es un riesgo cierto de genocidio, ante el que el PNV se ha inhibido durante estos últimos años y con su pacto con Eh lo ha propiciado trasvasando legitimidad a Eta y permitiendo la preparación de los nuevos terroristas haciendo la vista gorda hacia la kale borroka.

La cuestión es que el PNV ha subvencionado a esos payasos diabólicos de la concejala de Eh, a manos llenas, a cambio de sus votos y en nombre de un proyecto común. Atutxa debe haber estado de vacaciones o no se ha enterado del asesinato de Fernando Buesa.

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