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Enrique de Diego

Más razón que un santo

La eficacia policial es muy alta. Cabe felicitarse por ello y felicitar también a Mariano Rajoy, que está demostrando ser un magnífico ministro de Interior. La eficacia judicial es también elevada. Pero sigue habiendo un grave fallo legislativo: una organización pro terrorista cuyos comportamientos son reiteradamente ilegales, continua, sin embargo, sin ser ilegalizada.

La idea de introducir a Batasuna en las organizaciones cuyas finanzas deben ser perseguidas por la Alianza Internacional contra el terrorismo, para ser coherente, no tiene otra lógica que dar fe de lo evidente: Batasuna es una banda pro terrorista.

¿Algún ejemplo reciente? La pancarta-bomba puesta como trampa para los policías autónomos tenía un lema de Batasuna: “Policía asesina, ETA mátalos”. Los dos defensores de la libertad heridos debieron entender que se trataba de una pancarta de los batasunos, cuando la diferencia con los etarras es inexistente. Osama ben Laden ha podido existir en simbiosis con los talibán. Eso es todavía mucho más claro entre ETA y Batasuna. Mientras esta cuestión no se afronte —por el chantaje del PNV— el terrorismo seguirá siendo una lacra relevante. Con fortaleza hay siempre menos víctimas.

En ese sentido, sorprende en Manuel Jiménez de Parga el desparpajo andaluz y la abundancia de sentido común. Sus declaraciones pueden sorprender en el clima lanar en el que llevamos tiempo instalados, pero lleva más razón que un santo. Ser intolerantes contra los totalitarios es propio del instinto de supervivencia y del más genuino sentido democrático.