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Enrique de Diego

Triunfo del pacto y elecciones decisivas

Cada vez son más claros de los indicios de la celebración de elecciones anticipadas en el País Vasco en marzo o abril. Toda vez que las mismas condiciones se daban en el debate de los presupuestos autonómicos, y estos fueron prorrogados, y en las dos mociones de censura en las que Ibarretxe quedó en minoría, parece obvio que la convocatoria inminente es una consecuencia directa del pacto constitucionalista de PP y PSOE, un triunfo del acuerdo.

Las próximas elecciones han de ser consideradas como decisivas y abiertas. Las encuestas ofrecen líneas de empate técnico, aunque el factor miedo las distorsiona: los constitucionalistas siempre obtienen mejores resultados que los indicados por los sondeos. Es conveniente precisar que las elecciones en el País Vasco no se producen nunca en igualdad de condiciones: en todo el territorio, pero de manera especial en muchos pueblos, la tiranía del nacionalismo alcanza niveles totalitarios. Será preciso que en todas las mesas electorales haya cabinas, aunque ello no evite la coacción cotidiana de quienes, en nombre del nacionalismo, se dedican a asesinar a los que no piensan como ellos. Esos, a los que en una de esas ingenuidades chocantes, la cadena televisiva Antena 3, tan próxima al Gobierno, presta sus informativos para que Otegui lance su propaganda.

Hecho el esfuerzo del acuerdo, ahora las energías deben volcarse en el País Vasco –con las medidas de seguridad que para ello sean necesarias. Parece claro que el voto a Izquierda Unida es una forma más de votar nacionalismo, de votar PNV y Eh; de votar Estella/Lizarra. De las urnas puede salir una alternativa constitucionalista o una reedición de la actual inestabilidad, inseguridad y escalada del terrorismo nacionalista. Si el nacionalismo se resquebraja -tras haber hecho una apuesta tan nítida de unidad de acción con los violentos- podría irse hacia una política de orden público de defensa de las libertades ciudadanas y hacia un debate interno dentro del PNV que condujera a posturas de moderación.

El PNV ha fracasado como partido capaz de asegurar el orden y la convivencia, pero el control mediático -como ha demostrado el director de la televisión vasca- es muy fuerte. La marcha hacia un acuerdo de coordinación de fuerzas entre el PP y Unidad Alavesa es uno de los datos menos comentados, pero más positivos. Lo que está en juego en las urnas del País Vasco no es sólo la constitución de un gobierno sino la misma libertad.

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