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Enrique Navarro

Errores militares en Ucrania: los rusos no saben hacer la guerra

Para Occidente sólo hay una posibilidad de sobrevivir, la caída de Putin, y a este fin debemos dirigir todas nuestras armas

Para Occidente sólo hay una posibilidad de sobrevivir, la caída de Putin, y a este fin debemos dirigir todas nuestras armas
Los bomberos trabajan frente a un edificio residencial de varios pisos en Kiev que fue alcanzado por un cohete durante la invasión rusa de Ucrania. | Facebook Ukra / DPA

"No lo olviden nunca. Algún día tendremos que luchar con los soviéticos, nos tomará años y costará millones de vidas". (George Patton)

He pasado años leyendo bastante de lo que se ha publicado sobre el Jefe del Estado Mayor ruso Valeri Guerásimov, que se hizo popular en 2013 a raíz de publicar en la revista militar Voyenno Promushlennyy Kurier un artículo titulado "El valor de la ciencia radica en la anticipación". Analizó en este trabajo todos los grandes conflictos desde 1991, incluyendo la primavera árabe a la que muestra como ejemplo de la nueva manera de Occidente de revertir una situación estratégica sin recurrir a las armas, y la guerra de Occidente contra el terror.

En cierta manera se le llama (en Rusia) el padre de la guerra híbrida, que implica la utilización de todos los medios: ciberataques, delincuencia económica, terrorismo, propaganda y medios militares al servicio de la estrategia ofensiva de Putin; nada nuevo, esto lo inventó Trostki hace más de un siglo.

Es un gran admirador de Schwarzkopf y de su táctica militar en 1991, olvidando que el artífice de esa victoria fue el jefe la logística, general William Pagodis, que se plantó en Arabia al día siguiente de la invasión de Kuwait durmiendo en el asiento trasero de su coche preparando el teatro de operaciones. Los aliados expulsaron a Iraq de Kuwait sin ninguna brillantez.

Lo que estamos viendo en Ucrania es la manifestación de una doctrina errada desde su inicio. En el fondo, Guerásimov es otro general palaciego ruso, que gusta del lujo y la buena vida, que ha creado una doctrina militar basada en una burda reinterpretación de la realidad.

Rusia nunca tuvo buenos generales. Kutúzov contra Napoleón no mostró la más mínima inteligencia; si Rusia hubiera estado en el Mediterráneo, ahora hablarían francés. Por cierto, Stalin creó la Orden de Kutuzov, lo que avala mi teoría de que el problema se llama Rusia, cualquier que sea el momento. Durante la Segunda Guerra Mundial Rusia perdió en combates casi a un millón de hombres, cinco veces más que Alemania, con un ejército que llegó a doblar el alemán en la contraofensiva. Quedó demostrado que los generales alemanes como Guderian, Rommel, Von Rundstedt, Von Brauchitsch, y Von Manstein eran muy superiores a Zhukov, Valisevski y Voroshilov.

Rusia ganaba batallas a base de arrollar al enemigo con una fuerza enorme que le permitía embolsar divisiones sin importar el coste, y por eso, si persisten ganarán en Ucrania.

Ucrania será objeto de un ataque despiadado y sucumbirá en semanas. Sin embargo, en Ucrania se han demostrado cuatro hechos: Rusia sin el potencial de la Unión Soviética es una fuerza militar mediocre en la preparación y en la ejecución de las operaciones; carece de una dirección militar formada en los principios de la guerra;, no tiene la solidez financiera para soportar una crisis de esta envergadura; y tiene importantes carencias en el ciberespacio. Rusia está sufriendo ataques sin precedentes que afectan a su estrategia propagandística, sin televisiones, con las webs caídas, sin cajeros automáticos. La guerra cibernética la están perdiendo con lo que el elemento principal de la guerra híbrida de Guerásimov, la conjunción de propaganda y ciberataques, ha fallado estrepitosamente. El pueblo ruso esperaba una desnazificación rápida de Ucrania y ahora no pueden sacar dinero del cajero y los muertos rusos en Ucrania ya deben de superar el millar. El escenario ha cambiado, pero quizás no lo suficiente para revertir la guerra.

Rusia habrá ganado Ucrania, pero nos ha destapado sus cartas, su único activo militar es la disuasión nuclear; su ejército está mal organizado y peor dirigido y a estas alturas, sus tropas están desmotivadas después de meses en unas condiciones infrahumanas en las supuestas maniobras.

Después de Ucrania, Rusia sí tiene motivos para estar preocupada si Europa hace sus deberes y nos ponemos un objetivo para 2023 de alcanzar el 1% del PIB en la modernización y sostenimiento de nuestras fuerzas armadas, y reforzamos nuestras capacidades nucleares. Europa comenzará a sentirse segura.

Ahora Putin tendrá que atender a las revueltas internas, porque en Rusia ya se pasaba hambre y miseria antes de la invasión. La subida de tipos de interés al 20% y la caída del rublo del 29% con la mitad de las reservas inmovilizadas en Occidente van a producir una estanflación en Rusia en los próximos meses. Sólo hay una persona en el mundo que puede salvar a Rusia, Xi Jinping, pero eso sería como meter a la zorra en el gallinero. Esta guerra puede acabar con la conversión de Rusia en un estado vasallo de China, y no es una buena noticia. En el exterior, Rusia sólo podrá recuperar una posición hegemónica si mantiene la amenaza nuclear y continúa con su expansión militar.

Lo que Europa no puede olvidar es que Putin es un mentiroso compulsivo. Ni siquiera una retirada de Ucrania debería revertir las sanciones impuestas; para Occidente sólo hay una posibilidad de sobrevivir, la caída de Putin, y a este fin debemos dirigir todas nuestras armas, militares y no militares.

Entre las lecciones fundamentales de la historia de la estrategia que no han aprendido estos matones que nos pretenden amedrentar podría recordar algunas de las básicas:

Sun Tzu nos decía en El arte de la guerra que "un ejército victorioso gana primero y entabla batalla después; un ejército derrotado lucha primero y trata de obtener la victoria después. El enemigo que toma a la ligera a sus adversarios, será derrotado". (error número 1)

Julio César, quizás el mayor genio, nos indica que " sin entrenamiento, no existe el conocimiento. Sin conocimiento, no existe la confianza. Sin confianza, la victoria no existe. (error número 2)

Napoleón, con sus brillantes comentarios a La Guerra de las Galias, Oskar Von Hutier, el gran general alemán, y Patton, no se apartaron muchos de sus enseñanzas y cambiaron el curso de la forma de hacer la guerra en cada época adaptando las enseñanzas de César.

Julio César insiste en los dos aspectos esenciales de la conquista, la logística como el elemento fundamental y la combinación de rapidez y sorpresa; aparecer por donde menos lo espera el enemigo, concentrando toda la fuerza sobre un punto hasta romperlo, dividiendo los objetivos para llegar a la victoria. (error número 3)

Tampoco han leído a Clausewitz, cuando indicaba que "no se inicia una guerra, o racionalmente no debería hacerse, sin preguntarse qué se pretende obtener mediante dicha confrontación y durante la misma. Lo primero es su alcance; lo segundo, su objetivo último".(error número 4)

O cuando señalaba que: "Deben conocerse los efectivos y la disposición del enemigo. Tener un plan no asegura la victoria, pero no tenerlo conlleva la derrota. En todo ataque hay que buscar la superioridad numérica y de fuego, al menos en el punto de contacto, con el fin de romper las líneas del enemigo y quebrantar su moral. Toda pérdida de tiempo va en menoscabo de la potencialidad". (error número 5)

Y finalmente no han seguido el consejo de Erwin Rommel. "Los hombres son, básicamente, listos o tontos, y vagos o ambiciosos. Los tontos y ambiciosos son peligrosos, y me libro de ellos. A los tontos y vagos les asigno tareas mundanas. A los listos y ambiciosos les pongo en mi estado mayor. A los listos y vagos les hago comandantes." (error número 6) Putin ha puesto al mando de la guerra a los tontos y ambiciosos, y estos serán los que controlen Ucrania.

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