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Eva Miquel Subías

Sin límites

"Debemos, desde la izquierda, hacer seminarios sobre política y sobre comunicación de masas, desde Obama al PSC". Así, con un par y con comillas.

Les diré algo. Llego agotada a la valoración post-electoral. De todas maneras, aunque nadie se haya sorprendido de la victoria de CiU y la consiguiente derrota del Gobierno tripartito, quizás no se había previsto un descalabro de los socialistas catalanes de tal magnitud, ni la estrepitosa debacle de los chicos de Esquerra Republicana. Los populares, por su parte, han hecho sus deberes y se posicionan en el lugar del que no tenían que haber salido jamás.

Por otro lado, Ciutadans consolida su hueco y al alza, pero sin obtener los votos suficientes como para aumentar el número de escaños. Y en cuanto al enigma –que una servidora no logrará descifrar jamás– del mantenimiento, a la baja, pero mantenimiento al fin y al cabo de los ex comunistas reciclados, poco tengo que decir. Se me escapa por completo. Y ya les he advertido de mi cansancio.

Lo que está claro es que José Montilla podrá disfrutar de las entradas que Jordi González le hizo entrega tras la entrevista en La Noria para ver Las Valquirias en el Teatro Alla Scala de Milán. E incluso para quedarse un tiempecito a explorar los refrescantes parajes de la Lombardía. Aunque, si les soy sincera, echaré de menos sus monólogos de clausura en Polònia.

Por su parte, Artur Mas daba cuenta el martes del resultado y de sus proyectos en marcha a Mònica Terribas. En TV3, jugando en casa y cerca del campo donde un día antes once chicos con camisetas azulgrana decidieran ponerle música al juego desplegado. Y en su sitio a Cristiano Ronaldo.

Así, con rostro cansado aunque sin ocultar su satisfacción, el líder convergente anunció la reducción del número de Conselleries, quedándose éstas en doce. Apuntó la necesidad de hacer una auditoría en la Generalitat, habló de la crisis galopante, del desempleo, del más del 30% de fracaso escolar y cómo no, del pacto fiscal, como primer paso a dar.

En cuanto a otro tipo de soberanía, volvió a decir aquello que tanto le gusta: "No vull posar límits. Però ara no és el moment".

Y el miércoles, a la hora de escribir estas líneas, Jordi Hereu nos ofrecía su particular visión durante un desayuno en la capital. El todavía alcalde de la Ciudad Condal, tras una críptica presentación de Enric Juliana, no quiso dejarnos sin nuestra ya casi apreciada dosis diaria de surrealismo barcelonés, con lo que después de asegurar que la crisis era la culpable de la pérdida de votos del PSC, tuvo la genial idea de atribuir al poco manejo de las artes comunicativas la incapacidad para explicar el proyecto del socialismo catalán. Proyecto, por otro lado, que al parecer ha permanecido escondido junto al poblado neolítico descubierto ahora gracias a las obras del AVE a su paso por el barrio de Sant Andreu.

"Debemos, desde la izquierda, hacer seminarios sobre política y sobre comunicación de masas, desde Obama al PSC". Así, con un par y con comillas. Ya lo saben. Después de que el artefacto tripartito perdiera una media de 100.000 votos anuales desde su fundación, la culpa la tiene la escasa capacidad comunicativa.

Hereu, con el subidón suponemos que le dio el día anterior Miquel Iceta al apuntar que éste representa la figura institucional más importante del partido, tiene el valor de decir en público que ha llegado el momento de hablar sin complejos y sin populismo de lo que realmente preocupa a la gente. De hablar, desde la convicción, del fenómeno de la inmigración y no como arma arrojadiza. Otro que tampoco pone límites pero a su falta de pudor.

Tan sólo un breve apunte. Casi una década después de los polémicos encierros de inmigrantes irregulares en varias iglesias de Barcelona, donde unos y otros representantes políticos se apresuraron a dar apoyo y a salir a la calle con pancartas de "Papeles para todos" en la época en la que el Gobierno del Partido Popular era el más malvado de los malvados por ceñirse a la legislación vigente, asistimos a una especie derevival, pero con diferentes actores y los guiones revisados.

De este modo, el próximo president de la Generalitat hablaba, entre otras cuestiones, de realizar contratos en origen, calcando una a una las palabras que en materia de inmigración llevaba en su programa hace ya unos cuantos años el PP y el sucesor de quien dijo en su día que de no haber sido alcalde se hubiera encerrado con los inmigrantes, dice ahora que hay que abordar el fenómeno con rigor.

Pues eso. Qué quieren que les diga. Mucho me temo que mañana más. Cansada, no. Exhausta.

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