Voy anotando durante estas jornadas en mi legal pad asuntos de lo más variado para comentar en estos días navideños, todo me vale con tal de dar con algo apropiado para finalizar el año, no sé, alguna cosilla diferente, ustedes ya me entienden. Pues no, no crean que está resultando tan fácil.
A la que me descuido, mis dedos se lanzan a teclear el nombre de Artur Mas, todavía conmovida por su video-christmas y bajo los efectos de la aterciopelada entrevista que la semana pasada publicaba La Vanguardia. Nos avanzaba en ella el presidente de CiU que la campaña electoral de 2010 será muy diferente a la del 2006, que su idea es realizar propuestas en positivo y aprovechó para dejar caer que las visitas al notario son para el verano, como las bicicletas de Fernán-Gómez.
Total, una semana antes, el incombustible Oriol Pujol ya alertó de que su líder espiritual no sería nunca presidente de la Generalitat gracias al apoyo de los malos malones del Partido Popular, así que me echo hacia atrás gracias a la habitual coherencia y coordinación de mis amigos convergentes.
Descartados ellos, ni contemplo la posibilidad de hablar de los muchachos del tripartito por una cuestión de bienestar personal, que en estos días hay que cuidarse especialmente. Así que sigo explorando hasta saber que por un escaso margen el Parlament de Catalunya ha dado luz verde a la tramitación de una proposición de ley de ERC que tiene como objetivo final la supresión de las corridas de toros en una de las tierras con mayor tradición en ese sentido. Pereza, lo dejo para el próximo año, cuando –con un poco de suerte y seny– se tengan que zampar sus palabras y no prospere la iniciativa. O quizás me las zampe yo, quién sabe. Sigo.
Como una, a estas alturas, está llena de buenos propósitos y mis colegas de la Fundación de Amigos de Rimkieta no hacen más que tocarme la fibra sensible –para esas cosas María es la mejor– intento, por otro lado, saber algo de los cooperantes secuestrados en Mauritania pero al parecer no despiertan ya el mismo interés informativo, porque nada o poco he podido leer al respecto de su situación. Volveré.
Últimamente mis amigos están algo criticones, sobre todo los que viven fuera de Cataluña, y alguno de ellos me ha echado en cara que en ocasiones me dejo llevar demasiado por asuntos de mi tierra, más domésticos, y claro, a veces se me despista. Ya le he dicho que sí, que es probable que lleve razón y procuraré ponerlo en mi lista de tareas pendientes, aunque ya le he avisado de que allá en mi querida Cataluña es, en definitiva, todo doméstico. Así somos.
Una cosa te va llevando a otra y no sabes cómo ni por qué acabas leyendo páginas y páginas sobre las hazañas amatorias de Tiger Woods que, de ser cierto todo lo que se ha llegado a publicar, acabas llegando a la conclusión de que es un fuera de serie, the best, porque si con la vida frenética que al parecer llevaba el vigoroso muchacho era, al mismo tiempo, capaz de concentrarse de tal manera y lograr así esos putts espectaculares y golpes imposibles, es que definitivamente no es del planeta tierra, aunque ahora sepamos que ésta pertenece al viento.
Por lo que se ve su mujer no ha pensado lo mismo, como tampoco Accenture, que ya ha anunciado su ruptura con su, hasta ahora, patrocinado héroe. Otras firmas están procediendo a hacer lo propio. Por cierto, ¿podría alguien explicarme por qué motivo a Kate Moss se le multiplicaron las campañas de publicidad y millonarios contratos tras haber sido publicadas unas fotografías en las que la modelo aparecía consumiendo cocaína y sin embargo al golfista le sucede justamente lo contrario por mantener relaciones extraconyugales?
¿Lo dejamos también para otra ocasión? Sí, tampoco es muy navideño el temita.
Si es que, lo que les decía al principio, no sé encontrar el tema de esta semana. Por Dios, Juan Ramón, dime de qué hablo, anda. Mientras lo decido, que tengan ustedes una muy Feliz Navidad.