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Eva Miquel Subías

The performer

El problema es el de siempre. Y es que la desfachatez de Joan Saura, como la de otros responsables políticos, la estamos pagando entre todos.

Verán. Debo confesar mi creciente simpatía hacia el Ppesident de la Generalitat. José Montilla me parece cada día más entrañable. ¿La culpa? El programa de TV3 Polònia. Supongo que no es casual, pero lo que podría sucederme con otros personajes tan sólo me pasa con él y esa carita de niño bueno, ese marcado acento castellano al querer epatar y hablar un catalán ben acurat y los continuos dolores de cabeza por no conseguir del malvado Zapatero lo que lleva prometiendo desde hace tiempo a los ciudadanos catalanes, hacen de Montilla una caricatura francamente graciosa. Bastante más que en la realidad.

Memorables son los capítulos en los que, tras encontrar petróleo en las obras de la construcción del metro de la Linea 9, Cataluña entra a formar parte de la OPEP o cuando la Generalitat se tiene que vender a El Corte Inglés y Montilla queda relegado a gerente. Si tienen tiempo, búsquenlos, porque no tienen desperdicio. Se trata de un espejo de la realidad política tanto catalana como nacional o, por lo menos, así percibida por no pocos medios, en clave satírica y mordaz bien resuelto.

Y como fiel reflejo de esa "realidad", el Partit Popular de Cataluña brilla por su ausencia; bien es cierto que con la rapidez con la que cambian de líder y de mensaje, supone un trabajo extra y a los actores y actrices no les da tiempo de ensayar tantos personajes. Y en cuanto a Ciutadans, ni les cuento.

Ahora bien, hay un personaje del Govern que, aunque lo intenten, jamás conseguirán dulcificar, ni mucho menos humanizar. El ahora reconvertido a performer-conseller Joan De Niro Saura es inimitable y en su caso, lamentablemente, la cruel realidad supera ampliamente a la ficción. Si no fuera por la gravedad de los hechos debería intentar resucitar el espíritu de los Monty Python, aunque mucho me temo que le faltaría el talento necesario.

Según el conseller d´Interior i de Relacions Institucionals i Participació, al que una manifestación con sus amigos del total look radical-progre le gusta casi tanto como a Maleni el tren de Scalextric que nunca tuvo, el hecho de que un tipo encapuchado portara un arma rodeado de colegas a los que el fundamentalismo islámico les parece "chachi", se debe a una "performance" y que los Mossos no procedieran a su detención, a que se trataba de una pistola de juguete. Esperen que la "coña" sigue.

Ante la cuestión de cómo sabían los agentes de paisano que el arma era de Toys 'R' Us, Saura, sin pestañear, suelta lo siguiente: "de la misma manera que sin necesidad de interceptarla, puedo saber que se trata de una silla o una persona con un arma falsa".

Bueno, pues ya sabemos algo más de nuestro amigo. Además de ejercer una total y absoluta irresponsabilidad al frente de su gestión, siendo ésta un auténtico "happening" permanente se nos ha revelado como el nuevo "mentalista", así que ándese con ojo el estupendo Simon Baker, porque se puede quedar sin trabajo.

Creo que TV3 debería proponer directamente al conseller que entre a formar parte del elenco de actores para interpretarse a sí mismo, previo cese, por supuesto, porque jamás habrá nadie tan bueno que pueda ni tan siquiera igualar la cantidad de disparates que salen por su ecológica boquita.

El problema es el de siempre. Y es que la desfachatez de este conseller, como la de otros responsables políticos, la estamos pagando entre todos y debo reconocer que para contener la indignación que me producen determinados comportamientos hipócritas, imprudentes y políticamente tenebrosos, intento tomármelo con cierto humor, porque de lo contrario andaría todo el día con desórdenes histéricos y ya les dije cuál era uno de mis propósitos para este año. Les dejo que empieza mi clase de Yoga dinámico.

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