Menú
Fabián C. Barrio

...y ni por asomo es suficiente!

Dos veces al año, una compañía llamada Network Wizards hace un rastreo por los revueltos mares digitales, empleando el robot ZONE de tecnología propia, y cuenta el número de ordenadores estable y permanentemente conectados a Internet. Si comparamos a vista de pájaro los datos históricos de este estudio, posiblemente tengamos un escalofrío: 0.4 millones en 1993, 4.9 en el 95, 9.5 en 1996... y 122 millones en la actualidad. En ese mismo período de tiempo, el número de dominios registrados ha crecido de 21.000 a 240.000.

Actualmente, está despuntando un dato que puede llegar a imponerse para medir el grado de desarrollo de un país: Los "hosts per cápita", es decir, el número de ordenadores dando servicio a la Red Mundial por habitante del país. Obviamente, los amos de todo esto son los estadounidenses. En la cola, muy por detrás, se sitúan finlandeses, islandeses, canadienses y suecos. Si tuviéramos que situar este país de Sagitario en algún sitio relevante en el panorama global de Internet, únicamente podríamos jactarnos de que es el noveno del mundo donde más crece lo digital, por detrás de ejemplos escalofriantes como Rusia, Polonia, o Tailandia.

Y no deberíamos sentirnos satisfechos. Porque en este rincón del mundo, hasta hace nada, era prohibitivo conectarse, y sólo unos pocos privilegiados de capitales de provincia podían hacerlo con estabilidad y economía. Porque a nuestros niños no se les ha enseñado con fiereza y entusiasmo qué es, qué hace, para qué sirve un ordenador, como se ha hecho en otros países. Porque para un 82.3% de nuestros ciudadanos, la experiencia que usted está teniendo, leyendo este artículo, o es completamente extraterrestre, o no llegarán a comprenderla nunca.

Comparado con la televisión o la radio, la velocidad de implantación de Internet en la sociedad es vertiginosa. Intentemos no quedarnos a la cola, porque un país analógico es, a todos los efectos, un país muerto.

En Opinión